Una guerra como Dios manda
Estoy de acuerdo con usted, se?or Husein (Sadam), en que el ostentoso, altivo y supermillonar¨ªo emirato ¨¢rabe de Kuwait es tan s¨®lo un lugar min¨²sculo donde se concentra gran parte de la riqueza que necesita el Tercer Mundo (del que forma parte la inmensa mayor¨ªa de los pa¨ªses ¨¢rabes), y que no hay derecho a que algo m¨¢s de dos millones de personas (la mitad de los habitantes de Madrid) posean tanto, mientras que miles de millones de seres, desfavorecidos de la fortuna, malvivan sumidos en la m¨¢s absoluta de las miserias. Hasta aqu¨ª estamos totalmente de acuerdo. Donde usted y yo dejamos de coincidir, se?or Husein (Sadam), es en el derecho que le asiste para irrumpir por la fuerza en una naci¨®n soberana y borrarla del mapa como si de un castillo de arena se tratara. La historia, que debe ser siempre gu¨ªa imprescindible para todo estadista que se precie, est¨¢ llena de personajes que se han cre¨ªdo dioses (Hitler, Stalin, Pinochet, Jomeini ... ) y cuyas acciones han causado hambre, dolor y muerte a infinidad de seres humanos de todo el mundo. Sin embargo, esa misma historia contempla figuras pol¨ªticas de la talla de Mija¨ªl Gorbachov (por citar un ejemplo cercano en el tiempo) que utilizan su poder e influencias para favorecer a sus pueblos llev¨¢ndolos por el camino de la paz, el progreso y el bien com¨²n.En Europa tambi¨¦n tenemos un peque?o Kuwait ostentoso y supermillonario (Suiza) y no por ello hemos de fagocitarlo con la disculpa de que en el mundo hay mucha pobreza. La miseria, se?or Husein (Sadam), la crean los dirigentes de los pueblos, que anteponen los intereses personales, el mesianismo y las ansias de poder a la paz, el bien com¨²n y el progreso de los pueblos.
Rectificar es de sabios, se?or Husein (Sadam).
?Se imagina usted el respeto y la consideraci¨®n universales de que disfrutar¨ªa si convocase una reuni¨®n extraordinaria del Comit¨¦ Permanente de la ONU y comunicase su decisi¨®n de devolver la soberan¨ªa a Kuwait y de iniciar un proceso de paz y progreso para su denostado, maltratado y empobrecido pueblo iraqu¨ª?
Pasar¨ªa usted, se?or Husein (Sadam), a los anales de la historia como uno de los mejores y m¨¢s queridos dirigentes ¨¢rabes de todos los tiempos. Todo el mundo, y sobre todo sus propios compatriotas, se lo agradecer¨¢n-
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