La conspiraci¨®n del silencio

Cara de p¨®quer y signos aparentes de cr¨¦dula incredulidad en los operadores durante la sesi¨®n de] d¨ªa. Nadie esperaba una reca¨ªda aunque el terror de veinticuatro horas antes hab¨ªa dejado cierto inmisericorde rictus en la mayor¨ªa de rostros. Los m¨¢s devotos de su clientela usaron ayer gafas de sol para exigirle al ordenador del mercado cont¨ªnuo tomas de posici¨®n defensivas. Se dir¨ªa que ayer la Bolsa vivi¨® una de esas misteriosas ma?anas que tienen lugar al d¨ªa siguiente de un /unes negro -el ¨²ltimo cay¨® en jueves- en la que todo lo puede un pacto t¨¢cito entre las instituciones en base al cual se ha decretado inaceptable un nuevo tropiezo que resultar¨ªa fatal.

Un an¨¢lisis poco atento de la sesi¨®n arrojar¨ªa la ausencia casi absoluta de los bancos aunque estos, estuvieron muy presentes en el parqu¨¦ entretenidos en defender los valores vinculados a sus grupos industriales. Para las instituciones el camino m¨¢s breve para cortar de ra¨ªz la posibilidad de un nuevo descalabro pasaba por inyectar liquidez a sus propios valores. Se demostr¨® as¨ª que ca¨ªdas libres como la del jueves tienen un dificil retorno porque la inversi¨®n m¨¢s seria no acude nuevamente a recoger las monta?as de papel saliente aunque sea a precios de saldo.