Con la verdad por delante
La fiesta recuper¨® ayer su tono de autenticidad en Alcal¨¢ de Henares, tras dos tardes con figuras en el cartel y sus correspondientes mojigangas y efectos ping¨¹¨ªs, y todo se desarroll¨® con la verdad por delante. Al no estar anunciadas las figuras hubo toros y toreros. El Soro present¨® certificado m¨¦dico alegando su vieja lesi¨®n en la rodilla, por lo que el cartel qued¨® en un mano a mano entre Palomar y Ni?o de la Taurina.Los bichos ten¨ªan presencia e impon¨ªan respeto con su fiereza y las fibras sensibles de los espectadores se alteraban con la emoci¨®n propia de estos, por desgracia, inhabituales casos. Cualquiera de ellos recibi¨® m¨¢s le?a de los piconeros que todos los lidiados en las dos anteriores corridas juntos.
Murteira / Palomar, Ni?o de la Taurina
Toros de Joaqu¨ªn Manuel Murteira, bien presentados, encastados y poderosos. Jos¨¦ Luis Palomar. pinchazo y estocada ca¨ªda (ovaci¨®n y saludos); dos pinchazos, pinchazo hondo y descabello (ovaci¨®n y saludos); pinchazo y media perpendicular (oreja). Ni?o de la Taurina: estocada ca¨ªda (dos orejas); estocada ca¨ªda atravesada y cuatro descabellos (vuelta); dos pinchazos y siete descabellos (vuelta). Plaza de Alcal¨¢ de Henares, 1 de septiembre. Tercera corrida de feria. Casi lleno.
Y no se cayeron. Al contrario, en el segundo tercio segu¨ªan demostrando lo que ya hab¨ªan puesto de manifiesto ante los pencos, donde se entregaban y recargaban romancando. Eso dio valor especial a los pares de banderillas que, con desigual- fortuna, pero siempre con bizarr¨ªa, les clavaron Palomar y Ni?o de la Taurina, sobre todo ¨¦ste, encunad¨ªsimo y al l¨ªmite del percance. L¨¢stima que estos magn¨ªficos toros llegaran al ¨²ltimo tercio con una embestida corta, porque, de haber mantenido el mismo tono que en los otros tercios, el triunfo de los murteira habr¨ªa sido clamoroso.
Ya queda dicho que en la arena, adem¨¢s de toros, aparecieron dos toreros, que aplicaron su particular sentido de la lidia con verdad y emoci¨®n. Jos¨¦ Luis Palomar, que sufri¨® un grav¨ªsimo percance en 1989 en este coso, pech¨® con el lote m¨¢s parado en las faenas de muleta. Intent¨® el toreo cl¨¢sico hasta que sus enemigos le dejaron, y luego se adorn¨®. Sus fallos con la tizona, aunque siempre pinchando arriba, le impidieron mejorar el balance estad¨ªstico.
Ni?o de la Taurina lance¨® con primor a la ver¨®nica a sus tres toros, y se la jug¨® con ajustadas chicuelinas, en las que el roce de los pitones con los alamares produc¨ªa escalofr¨ªos, como con las banderillas. Tambi¨¦n brill¨® con fulgor su toreo con la sarga. Primero ahormaba, rodilla en tierra, la fuerte embestida, y despu¨¦s se luc¨ªa con redondos, naturales y armoniosos pases de pecho. Cuando la embestida deca¨ªa, improvis¨® bellos adornos, algunos para la galer¨ªa, pero, como los de Palomar, frente a toros poderosos y verdaderos, y no las chotitas que le salen cada tarde a las figuras.
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