Sadam y los ¨¢rabes
AL DESENCADENAR su agresi¨®n contra Kuwait, Sadam Husein ha desplegado dos banderas que le han ayudado a obtener un cierto apoyo entre las masas de algunos 1,:)a¨ªses ¨¢rabes, como Jordania, T¨²nez, Sud¨¢n y otros. Primero, plantea su iniciativa b¨¦lica como parte de la lucha de los ¨¢rabes contra el sionismo, como si el pa¨ªs atacado hubiera sido Israel y no un Estado perteneciente a la comunidad ¨¢rabe. Segundo, analiza la llegada de tropas de Estados Unidos a Arabla Saud¨ª como un deliberado ataque a territorio ¨¢rabe de un invasor exterior. As¨ª, en las manifestaciones ,masivas de Amm¨¢n, T¨²nez o Sanaa, los aplausos a Sadam Husein se combinan con gritos de odio contra Israel y contra EE UU. La realidad es que no s¨®lo no ha contribuido a desalojar a los jud¨ªos de los territorios ocupados, sino que su pol¨ªtica est¨¢ causando da?os tal vez irreparables a la tradicional causa palestina. Y, desde luego, sin su agresi¨®n contra Kuwait, los norte americ anos no tendr¨ªan hoy un poderoso ej¨¦rcito desplegado en el coraz¨®n de la zona.Esta reacci¨®n emocional de sectores de la poblaci¨®n ¨¢rabe no deja de reflejar la profunda frustraci¨®n motivada por las debilidades de la pol¨ªtica europea y norteamericana en el asunto palestino. La ocupaci¨®n por Israel de los territorios palestinos, en permanente violaci¨®n de las resoluciones de la ONU, no ha merecido por parte de la comunidad internacilonal una respuesta suficientemente clara y en¨¦rgica. Obviamente, no se puede caer en la trampa de Sadam de utilizar el caso de Israel como justificaci¨®n de su provia agresi¨®n. Pero, con vistas al futuro, el ejemplo de firmeza y unanimidad de la comunidad internacional que se est¨¢ dando en la respuesta a la agresi¨®n iraqu¨ª no puede quedar como una excepci¨®n motivada por el dato a?adido del inter¨¦s exclusivo de los pa¨ªses consumidores por estabilizar el mercado del petr¨®leo.
Si Sadam Husein ha logrado cierto eco para sus proclamas contra el sionismo-imperialismo, su llamada a la "guerra santa" ha fracasado. El fundamentalismo isl¨¢mico est¨¢ sumido en una gran confusi¨®n ante la crisis del Golfo: si protesta contra la presencia de tropas norteamericanas, condena tambi¨¦n, al menos en varios pa¨ªses, la agresi¨®n de Irak contra otro pa¨ªs ¨¢rabe. No se puede olvidar la dura represi¨®n aplicada por Sadam contra los islamitas. Por otra parte, Arabia S aud¨ª financia gran parte del fundamentalismo del Magreb, y ello frena las actitudes de apoyo al agresor iraqu¨ª. En ciertos casos, como en T¨²nez, el auge de un nacionalismo antioccidental -despertado por Sadam- es utilizado por los gobiernos para intentar marginar a los islamitas de las corrientes populares. La esperanza de que una especie de neonasserismo pueda frenar el auge del fundamentalismo lleva a una acentuaci¨®n de la demagogia. Camino peligroso que puede hacer perder a ciertos gobiernos la noci¨®n exacta del momento actual. En particular, para pa¨ªses como T¨²nez o Argelia, con un destino mediterr¨¢neo que les empuja a la cooperaci¨®n con Europa.
Est¨¢ claro que la agresi¨®n de Sadam Husein divide profundamente al mundo ¨¢rabe. Lo reflejan las sucesivas reuniones de la Liga ?rabe. ?Qu¨¦ sentido tiene, en estas condiciones, la insistencia de varios gobernantes europeos en que una "soluci¨®n ¨¢rabe" ser¨ªa deseable? Si los principales pa¨ªses ¨¢rabes lograsen puntos de coincidenci a basados en las resoluciones de la ONU -aunque discrepen en otros puntos- Podr¨ªan aportar una ayuda decisiva a la comunidad internacional. La retirada iraqu¨ª de Kuwait ser¨ªa mucho m¨¢s f¨¢cil si tropas ¨¢rabes fuesen encargadas de garantizar la seguridad en este pa¨ªs, y su frontera con Irak. Ello facilitar¨ªa la retirada de la zona- de las fuerzas de diversos pa¨ªses europeos y de EE UU. Con una perspectiva as¨ª -y en parte gracias a las relaciones diferentes que tienen hoy con Irak-, los pa¨ªses ¨¢rabes podr¨ªan ejercer una influencia considerable para convencer a Sadam de que renuncie a una agresi¨®n cuyo fracaso es ya evidente. Pero se trata de una tarea muy dificil, y para la cual, desgraciadamente, el mundo ¨¢rabe no presenta hoy las condiciones m¨¢s apropiadas.
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