Los refugiados en la Embajada espa?ola en Cuba reciben presiones

La Embajada de Espa?a en La Habana atribuye a "un lavado de cerebro" por parte de las autoridades cubanas la reciente salida de seis refugiados, el ¨²ltimo de ellos el s¨¢bado por la noche, seg¨²n indicaron fuentes diplom¨¢ticas. La guerra psicol¨®gica emprendida por el Gobierno de Fidel Castro abarca tambi¨¦n a la representaci¨®n espa?ola, que desde mediados de agosto no ha recibido la autorizaci¨®n de importar colchones y somieres, retenidos en el aeropuerto, para que descansen los refugiados y los geos alojados en la sede diplom¨¢tica.

"Est¨¢ claro que quieren que duerman mal", coment¨® un diplom¨¢tico que asegur¨® que si esta situaci¨®n se prolonga el Ministerio de Asuntos Exteriores podr¨ªa revisar los permisos de importaci¨®n con franquicia concedidos a la Embajada de Cuba en Madrid o incluso restringir el n¨²mero de diplom¨¢ticos cubanos acreditados en la capital de Espa?a, muy superior al de espa?oles en La Habana. Una decisi¨®n de tal calibre parece improbable.Francisco L¨®pez, padre de Maribel Taurina L¨®pez Mingolarra, que se refugi¨® junto con su marido, Sergio Wong, y su hija Elisabeth, en la Embajada el 20 de julio, ha jugado un papel decisivo en alentar al matrimonio a que depusiera su actitud, lo que hizo el pasado s¨¢bado. L¨®pez, seg¨²n sospechan los funcionarios espa?oles que le han conocido, actu¨® por cuenta ajena.

Al cumplirse el mes de la entrada de Maribel en la sede diplom¨¢tica, su padre, que llevaba meses sin verla, pidi¨® conversar con ella, a lo que los diplom¨¢ticos que le atendieron contestaron que ten¨ªan que pedir autorizaci¨®n a su hija y al Ministerio de Asuntos Exteriores en Madrid.

Presunto m¨¦dico

Poco despu¨¦s Francisco L¨®pez regres¨® con una persona vestida con una bata blanca que dijo ser m¨¦dico. El padre solicit¨® que el facultativo visitase a su hija, cuya salud, aleg¨®, le preocupaba porque llevaba implantada una v¨¢lvula mitral. Tampoco consigui¨® entonces entrevistarse con Maribel. Al tercer intento, y tras obtener el acuerdo de su hija, los diplom¨¢ticos espa?oles autorizaron a Francisco L¨®pez a conversar con Maribel en los ¨²ltimos d¨ªas de agosto. Aunque ning¨²n funcionario espa?ol asisti¨® a la entrevista, se sabe que el padre le inst¨® a que renunciaran a intentar salir del pa¨ªs argumentando, por ejemplo, que hab¨ªa padecido un infarto y que tem¨ªa que se le reprodujese.