Penurias menorquinas
Menorca es una bella isla, tan cautivadora y asequible que cualquier visitante se rinde a sus encantos. Sin embargo, hay datos negativos que conviene resaltar. Resulta un tanto parad¨®jico que la elevada renta per c¨¢pita que tienen en la isla -una de las mayores del pa¨ªs- no se corresponda con una infraestructura adecuada.Por dar alg¨²n dato, pondr¨¦ de relieve que hay zonas, en la costa sur, que carecen de agua potable, no tienen alcantarillado, por lo que vierten los residuos al mar sin depurar y proliferan pozos negros (terminantemente prohibidos por la legislaci¨®n vigente).
En esta situaci¨®n no s¨®lo se encuentran casas particulares, sino apartamentos e instalaciones hoteleras; resulta vergonzoso que estas ¨²ltimas tengan permisos oficiales para abrir las puertas al p¨²blico. El profesor Vicente Navarro, o cualquier experto de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, elevar¨ªa su voz contra una situaci¨®n tan tercermundista en aspectos tan vitales para preservar la salud p¨²blica.
Por dar un ejemplo, se?alemos que el pueblo de San Luis, de colonizaci¨®n francesa, no ha tenido alcantarillado ni agua corriente hasta hace dos o tres a?os (no recuerdo exactamente). El Plan de Saneamiento Sanitario, aprobado por el equipo gobernante del municipio, est¨¢ permitiendo ir corrigiendo estas graves carencias, pero es urgente y necesario que intervenga sin dilaci¨®n el Gobierno aut¨®nomo de Baleares, dejando al margen diferencias pol¨ªticas y teniendo en cuenta exclusivamente la calidad
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sanitaria que merecen los abor¨ªgenes y los visitantes.
Una isla que afortunada o desgraciadamente, seg¨²n lo interpreten unos y otros, est¨¢ escorada al turismo, tiene que mejorar los servicios que ofrece a los turistas.
Es inadmisible que numerosas calas, hasta hace pocos a?os transparentes, hoy no lo est¨¦n tanto y adem¨¢s tengan sus riberas llenas de basura. ?Ser¨ªa tan dificil prohibir que los yates atraquen en las calas como Alcaufar y otras y lo hagan en los puertos al efecto? ?O que los municipios respectivos tengan a trabajadores que rastreen las zonas menos visibles, como Rafalet o Cala-Roig, y las limpien de las m¨²ltiples porquer¨ªas que pueblan sus rocas?
?No ser¨ªa tambi¨¦n l¨®gico prohibir que se permita el c¨¦sped en una isla donde peligran sus niveles fre¨¢ticos y, por tanto, el agua deber¨ªa ser un bien p¨²blico a conservar?
El t¨®pico que corr¨ªa en la isla hace una d¨¦cada sobre el rechazo al turista ya no responde a la verdad, y el turismo representa ya, pese a quien pese, m¨¢s del 50% de la econom¨ªa insular.
El ¨¢nimo que me gu¨ªa al hacer p¨²blicas estas deficiencias no es otro que el cari?o que le tengo a este peque?o trozo de tierra, al que acudo desde Granada desde hace 12 a?os, y el ferviente deseo de que se arreglen las cosas en beneficio de los propios isle?os, entre los que cuento con magn¨ªficos amigos-
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