De trenes
Este verano he podido comprobar c¨®mo, en el Reino Unido, compa?¨ªas ferroviarias, instituciones y aficionados se han preocupado por mantener en servicio numerosas l¨ªneas y ramales de ferrocarril con tracci¨®n por vapor como recurso tur¨ªstico. Es todo un espect¨¢culo ver las peque?as locomotoras resoplando a lo largo de la campi?a mientras los ponis trotan asustados y los pastores cuidan el ganado.En Espa?a, pa¨ªs tur¨ªstico por excelencia (?), existe una cierta fobia hacia los trenes de vapor por parte de los responsables de nuestros ferrocarriles, lo que ha llevado a la casi total desaparici¨®n de material ferroviario susceptible de utilizaci¨®n tur¨ªstica (exceptuando el decr¨¦pito Tren de la Fresa, remolcado en ocasiones por locomotora Diesel y cuya continuidad para el a?o que viene pende de un hilo).
Esto hace que pr¨¢cticamente las ¨²nicas iniciativas existentes en este campo se lleven a cabo por grupos aficionados al ferrocarril que, con dinero de sus bolsillos y muchas dosis de ilusi¨®n, se dedican en sus ratos libres a la restauraci¨®n de antiguas locomotoras y vagones que alg¨²n d¨ªa surcar¨¢n nuestros campos llevando excursionistas y turistas, emocionados por viajar en un tren de vapor.
Mientra s tanto, a los responsables de nuestros ferrocarriles se les llena la boca hablando de la alta velocidad, que en absoluto ser¨¢ la panacea de los problemas del ferrocarril espa?ol, y se olvidan de aspectos tan entra?ables y rom¨¢nticos como este que co
Pasa a la p¨¢gina siguiente
De trenes
Viene de la p¨¢gina anteriormento de los peque?os trenes tur¨ªsticos de vapor. Quiz¨¢ no supongan un sustancioso beneficio econ¨®mico a sus propietarios, pero contribuyen a crear una cultura ferroviaria y un amor al tren que de otra forma no se conseguir¨ªa, adem¨¢s de mantener vivo el esp¨ªritu de la revoluci¨®n industrial, aut¨¦ntico motor del mundo tal y, como hoy lo conocemos.
El a?o que viene se cumplir¨¢ el cincuentenario de nuestra Renfe. Seguramente ya se haya pensado en alg¨²n tipo de acto o celebraci¨®n, y estoy convencido de que el vapor no figurar¨¢ en dichos eventos. Es como si nos avergonz¨¢semos de haber tenido locomotoras de vapor.
Mientras tanto seguir¨¦ confiando en los entusiastas del ferrocarril para que en un futuro no muy lejano puedan exhibir orgullosos sus trenes de vapor en funcionamiento.
Y que Renfe tome ejemplo.- F. Javier Mart¨ªn Torres.
De trenes
Hace no, mucho tiempo, el interventor de un Talgo me dio esta explicaci¨®n del retraso que sufr¨ªamos: "Tenemos trenes de secano". Pues bien, a eso parece haberse debido el percance del domingo 9 de septiembre. Miles de personas atrapadas en varias estaciones -a m¨ª me toc¨® la de Alc¨¢zar de San Juan-, v¨ªctimas de los elementos y de las mal organizadas, cabezas de algunos responsables de Renfe.Si la v¨ªa estaba cortada desde mucho antes, ?por qu¨¦ dejaron salir trenes hacia Madrid? Alguna carretera qued¨® anegada, pero ?no hab¨ªa otras por las que enviar socorros? ?Por qu¨¦ se invit¨® a formar colas cuando no hab¨ªa autocares?
Seguramente nadie se mover¨¢ de su asiento en nuestros ferrocarriles. Hasta es posible que alg¨²n alto cargo ande por ah¨ª blasonando de modernidad, anchos de v¨ªa y veloc¨ªsimos artefactos a punto de inaugurarse. Se sue?a con lo m¨¢s y se desde?a lo s¨®lido y modesto: algo tan elemental como llegar puntualmente y sin sobresaltos. Es lo normal. ?Recuerda usted a cierto individuo, ap¨®stol de las nuevas tecnolog¨ªas, que a pique estuvo de inutilizar nuestros tel¨¦fonos? Estamos, pues, acostumbrados. Desde Larra, los espa?oles sabemos que hay entre nosotros gente que sirve el caf¨¦ antes de la sopa.-
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.