Crudo escenario
EL DESARROLLO del conflicto del golfo P¨¦rsico tiene su reflejo en un precio del petr¨®leo que se distancia desfavorablemente de los escenarios en que se basan las respuestas de pol¨ªtica econ¨®mica en la mayor¨ªa de los pa¨ªses. Las previsiones que acaba de hacer p¨²blicas el Fondo Monetario Internacional para el conjunto de los pa¨ªses industrializados, sobre la base de un precio del barril de petr¨®leo de 25 d¨®lares durante lo que resta de a?o y de 21 a finales de 1991, reduce a la mitad la tasa media de crecimiento registrada en los ¨²ltimos a?os. Al t¨¦rmino de esta semana, el barril de la modalidad brent para entrega inmediata cotizaba a 37 d¨®lares. No es necesario situarse en hip¨®tesis extremas -el Banco Mundial ha estimado que el barril de crudo podr¨ªa alcanzar 65 d¨®lares si estallara la guerra- para considerar como probable un precio medio en los dos pr¨®ximos a?os no inferior a 30 d¨®lares el barril. Un precio que tambi¨¦n resta virtualidad a los escenarios anticipados por las autoridades econ¨®micas espa?olas.El impacto sobre el crecimiento de la econom¨ªa espa?ola de esa mayor factura energ¨¦tica se a?ade a los s¨ªntomas de desaceleraci¨®n, previos al conflicto del Golfo, de que dan cuenta recientes indicadores econ¨®micos. A la ligera moderaci¨®n en el crecimiento del consumo privado se incorporan exponentes de un menor crecimiento en la inversi¨®n, tales como los descensos experimentados en el ¨ªndice de producci¨®n indu
trial de bienes de equipo y en la tasa de crecimiento de importaciones del mismo tipo de bienes o las valoraciones deducidas de las opiniones empresariales. Por otra parte, los indicadores relativos al sector de la construcci¨®n tampoco permiten deducir el mantenimiento de las intensas tasas de crecimiento alcanzadas hasta hace pocos meses. Esos s¨ªntomas recientes de enfriamiento de la econom¨ªa espa?ola no han estado acompa?ados de una, igualmente observable moderaci¨®n de nuestros desequilibrios b¨¢sicos -inflaci¨®n y d¨¦ficit exterior-, sobre los que se dejar¨¢n sentir los efectos de la crisis energ¨¦tica actual.Las actuaciones de pol¨ªtica econ¨®mica que las autoridades espa?olas parecen dispuestas a instrumentar -como respuesta espec¨ªfica al incremento en el precio del crudo- est¨¢n expresamente destinadas a aminorar su impacto adverso sobre el nivel de precios y el d¨¦ficit comercial, aun a costa de reducir el crecimiento de la econom¨ªa. Independientemente de su definitiva concreci¨®n, hoy todav¨ªa sin definir, su orientaci¨®n es globalmente correcta. Mantener el car¨¢cter restrictivo de la pol¨ªtica monetaria y reducir el potencial expansivo de la pol¨ªtica presupuestaria eran antes del 2 de agosto -fecha del inicio de la crisis del Golfo- exigencias de la econom¨ªa espa?ola acordes con las de las principales econom¨ªas europeas. Es cierto, por tanto, que con el ajuste anunciado el Gobierno espa?ol no hace otra cosa que reforzar sus terapias enfriadoras, dotando de consistencia a la mezcla de pol¨ªticas monetaria y presupuestaria, es decir, obligar a que el marcado car¨¢cter contractivo de esta ¨²ltima aten¨²e las tensiones generadas por aqu¨¦lla. M¨¢s dificil ser¨¢ conseguir similares prop¨®sitos restrictivos en la aplicaci¨®n de la pol¨ªtica de rentas.
El mayor peso del ajuste otorgado a la pol¨ªtica presupuestaria, y dentro de ¨¦sta a las reducciones en el gasto p¨²blico, tiene sus principales obst¨¢culos en la elevada concentraci¨®n de ¨¦ste y en los compromisos asumidos por el Gobierno con los sindicatos en las asignaciones a pre staciones sociales. La importancia de este ¨²ltimo aspecto en el proceso de concertaci¨®n social, y, en consecuencia, en la viabilidad de la pol¨ªtica de rentas prevista por el Gobierno, no permite descartar incrementos en la imposici¨®n que garanticen esa cobertura. Junto a ello, hay que confiar en que el borrador de los Presupuestos Generales del Estado que el Gobierno ultimar¨¢ en el pr¨®ximo Consejo de Ministros incorpore una mayor eficacia recaudatoria, hoy tanto m¨¢s necesaria cuanto m¨¢s solidario ha de resultar el esfuerzo que el ajuste propuesto exige. Este tipo de actuaciones, y las encaminadas a reducir las ineficiencias de nuestro sistema econ¨®mico, incluida la energ¨¦tica, son las que deber¨¢n completar la credibilidad que las terapias macroecon¨®micas precisan, en un momento en el que la del propio Gobierno no est¨¢ en sus cotas m¨¢s elevadas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Crisis precios
- Opini¨®n
- Guerra Golfo
- Golfo p¨¦rsico
- Precios
- Irak
- Indicadores econ¨®micos
- Suministro petroleo
- Kuwait
- Petr¨®leo
- Suministro energ¨ªa
- Combustibles f¨®siles
- Pol¨ªtica econ¨®mica
- Pol¨ªtica exterior
- Combustibles
- Comercio
- Guerra
- Asia
- Organizaciones internacionales
- Energ¨ªa no renovable
- Conflictos
- Fuentes energ¨ªa
- Econom¨ªa
- Oriente pr¨®ximo