Cay¨® de todo
Murteira / Frascuelo, Campuzano, CuellarTres toros de Murteira Grave, con cuajo y muy serios, 2? noble, resto descastados. Frascuelo: tres pinchazos -aviso- y estocada corta delantera (silencio). Tom¨¢s Campuzano: estocada (oreja). Juan Cu¨¦llar pinchazo trasero tendido, pinchazo, estocada y dos descabellos (aplausos). La corrida se suspendi¨® tras el tercer toro a causa de una impresionante tromba de agua. Plaza de Las Ventas, 29 de septiembre. Tercera corrida de feria. Cerca del lleno.
JOAQU?N VIDAL
Cay¨® lo que no est¨¢ escrito. Cay¨® de todo. Cay¨® granizo, cay¨® agua, cay¨® el rayo, con su acompa?amiento de truenos, y aquello parec¨ªa la guerra. La tromba de agua que cay¨® a eso de las siete de la tarde convirti¨® el ruedo de Las Ventas en lago y a los aficionados en n¨¢ufragos. Arrastrado el tercer toro, diestros y autoridad estuvieron de acuerdo en suspender la corrida que, obviamente, se suspendi¨®, y a¨²n hab¨ªa quien se quejaba. "?Granujas, chorizooos!", gritaba uno, y a?ad¨ªa: "?Por cuatro gotas que han ca¨ªdo!". Estaba en la andanada y como presenciaba el espect¨¢culo desde lo enjuto, no quer¨ªa perd¨¦rselo.
El espect¨¢culo, s¨ª. Fiesta brava viva y desatadas fuerzas de la naturaleza en raro maridaje. Algo impresionante. Primero vino la noche. Tal cual se dice: la noche, y eran las seis y media. Frascuelo hab¨ªa toreado muy bien las cuatro ¨²nicas embestidas buenas del murteira descastado, porque despu¨¦s no hubo posibilidad. Ayudados torer¨ªsimos, cite a distancia en los medios, tres redondos enjundiosos y el de pecho cl¨¢sico, provocaron ol¨¦s un¨¢nimes. Luego vino el error. Bueno, hubo error del toro, que no sab¨ªa embestir, ni quer¨ªa aprender, pero peor fue el de Frascuelo, que pretend¨ªa ense?arle c¨®mo se hace por la derecha y por la izquierda y, la verdad, acab¨® poni¨¦ndose pesado.
Y lleg¨® la noche. Frascuelo cobr¨® su estocada en las tinieblas. El p¨²blico se estremec¨ªa barruntando la que iba a caer. Los del tendido siete se alborotaron abriendo paraguas y c?fiendo impermeables apresuradamente. No es cierto que los taurinos se estuvieran vengando de los aficionados del siete poni¨¦ndoles a remojo, pero s¨ª lo es que s¨®lo llov¨ªa all¨ª en aquel momento. El meteoro irrump¨ªa selectivo. Sin embargo un poco m¨¢s tarde extendi¨® su fuerza devastadora a todo el mundo, arroj¨® granizo, lluvia torrencial, rayos y truenos, y se produjo la desbandada.
Muchos se quedaron en sus localidades, no obstante, pues el Murteira que sali¨® era noble y Tom¨¢s Campuzano aprovech¨® para enjaretarle una faena emotiva. Tambi¨¦n aprovech¨® que los detectores de pico, mojados, no funcionan, y lo utiliz¨® cuanto le cupo en gana sin que nadie dijera esta boca es m¨ªa ni ese pico es suyo. Mat¨® encun¨¢ndose y tanto por eso como por el pundonor demostrado bajo el diluvio cort¨® una oraj.
Calm¨® el meteoro y Juan Cu¨¦llar hizo faena valerosa a otro descastado toro, en la que hubo pases de categor¨ªa. Pero apenas la concluy¨®, una masa nubosa de luciferina negrura cubri¨® el coso y sobrevino un estallido que sobrecogi¨® a la afici¨®n. "?Es la guerraaa!", grit¨® alguien. La tromba puso en desordenada fuga a la afici¨®n mientras retumbaba la tronada y alguno se crey¨® que era el fin del mundo. No era el fin del mundo, claro, pero s¨ª el fin de la corrida y a`muchos les sent¨® fatal. La gente estaba con hambre de toros, entre otras razones porque en tan poquito rato, a pesar de los sobresaltos, hab¨ªa saboreado toreo del bueno y, francamente, se hab¨ªa puesto golosa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.