S¨®lo siete d¨ªas de silencio
Jes¨²s Gil lleg¨® a la presidencia del Atl¨¦tico de Madrid el 27 de junio de 1987 vestido de hurac¨¢n. Apenas iniciado su cuarto proyecto, el presidente rojiblanco ha tenido tiempo m¨¢s que suficiente para enfrentarse a todos los estamentos del f¨²tbol espa?ol, salpicando con su verbo atropellado y tremendista incluso a personas e instituciones de la vida p¨²blica espa?ola ajenas al mundo del balompi¨¦. En tres a?os, tres meses y cinco d¨ªas de mandato, Gil s¨®lo se ha abstenido de efectuar declaraciones durante siete d¨ªas, ni uno menos, ni uno m¨¢s. Fue en 1987, en sus comienzos. Desde entonces, la pol¨¦mica, lejos de abandonarle, ha aumentado hasta alcanzar el nivel de su ¨²ltimo pronunciamiento: la amenaza de retirar a su equipo de la competici¨®n. 1987 fue el a?o del famoso enfrentamiento de Gil contra el Banco de Espa?a y su gobernador, Manano Rubio, quienes presentaron dos querellas criminales por un supuesto delito de injurias, calumnias y desacato. "En aquellos d¨ªas" Gil lleg¨® a afirmar: "Estoy dispuesto a dirigir el Atl¨¦tico desde Carabanchel", El Banco de Espa?a y su gobernador, a quienes el presidente atl¨¦tico hab¨ªa acusado de irregularida del en su gesti¨®n, exigieron una indemnizaci¨®n de 1.200 millo?es de pesetas. Finalmente, hubo entendimiento y Gil s¨®lo tuvo que pagar un mill¨®n como disculpa.Entre conflictos, declaraciones explosivas, cambios de entrenador y fichajes, Gil dedic¨® 1988 para pleitear con jugadores de su plantilla a los que decidi¨® rescindir contrato. El pulso que mantuvo con Arteche, simb¨®lo en el Manzanares, resumi¨® el estado de la cuesti¨®n. "Se ha acabado la era Arteche en el Atl¨¦tico", dijo el dirigente rojiblanco, a quien la justicia neg¨® la raz¨®n ,en favor los futbolistas.
1989 supuso un incremento de la tensi¨®n entre Gil y sus eter nos enemigos. Federaci¨®n, sindicato. de jugadores, Liga Profesional y colectivo arbitral se mo vilizaron en una ofensiva sin precedentes con un lema ¨²nico: "Hay que parar a. Gil" ' Era su tercera temporada al frente del Atl¨¦tico y Gil comenz¨® a dirigir el grueso de su artiller¨ªa al estamento arbitral, culpable, seg¨²n ¨¦l, de los repetidos fracasos de su equipo. La consideraci¨®n del Madrid como gran favorecido de las maniobras arbitrales le llev¨® a organizar un refer¨¦ndum entre sus socios para decidir si el equipo deb¨ªa enfrentarse a los hombres de Mendoza, medida sin precedentes en Espa?a.
La presente temporada ha dibujado otro punto cr¨ªtico en las particulares guerras de Gil. Antes del inicio de la Liga, en la asamblea del f¨²tbol espa?ol, lanz¨® al rostro de los ¨¢rbitros un furibundo ataque que obtuvo como respuesta la negativa de varios de ellos a dirigir partidos del Atl¨¦tico. El encuentro del pasado s¨¢bado en San Mam¨¦s, donde el equipo de Gil cay¨® injustamente por una desafortunada actuaci¨®n arbitral, destap¨® la ¨²ltima del presidente, quien de nuevo ha recurrido a sus socios para decidir si deben retirarse o no de la competici¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.