Delors emplaza a los Gobiernos de la CE a definirse claramente sobre la uni¨®n monetaria

El presidente de la Comisi¨®n Europea, Jacques Delors, defendi¨® ayer en Estrasburgo la necesidad de fijar "irrevocablemente una fecha" para la uni¨®n econ¨®mica y monetaria, y emplaz¨® a los Gobiernos de los Doce a definirse con claridad. El Parlamento Europeo apoya mayoritariamente un ritmo r¨¢pido que permita la implantaci¨®n total del ecu como moneda ¨²nica y del Banco Central Europeo a principios de 1996.

Delors condicion¨® la uni¨®n monetaria a la cohesi¨®n econ¨®mica y social, a la vez que acus¨® indirectamente a Espa?a de buscar retrasos. Defendi¨® para los pa¨ªses con problema un periodo transitorio, igual que se 'ha hecho con la liberalizaci¨®n de capitales, porque ¨¦sa es "la mejor garant¨ªa contra la Europa a dos velocidades".El pleno del Parlamento Europeo debati¨® el informe Herman, en el que se proponen 28 art¨ªculos a incluir en los tratados de la CE para lograr una uni¨®n monetaria plena en 1996. La segunda, fase debe estar concluida a finales de 1995. Estas propuestas cuentan con un respaldo mayoritario de la C¨¢mara, incluidos los eurodiputados socialistas espa?oles, que as¨ª se desmarcan del proyecto del ministro Carlos Solchaga para prorrogar esa etapa intermedia pero decisiva para las reformas hasta fin de siglo.

Adem¨¢s de la entrada en vigor de la moneda ¨²nica y del Banco Central Europeo, el socialista Joan Colom defendi¨® aumentar los recursos de la CE, "incluida la necesidad de instaurar un impuesto comunitario". El liberal Giscard D'Estaing impuso implantar el ecu a partir del 1 de enero de 1993. El modelo del Parlamento va m¨¢s all¨¢ de lo que est¨¢n dispuestos a aceptar los Estados, especialmente a lo que se refiere a los poderes de control que reclama. "El informe propone un vuelco institucional y no un ajuste", se?al¨® Del¨®rs.

Segunda fase

"El paso a una segunda fase debe tener fecha fija y poco importa si es el 1 de enero de 1993 o de 1994 si se hace en funci¨®n de criterios objetivos, que impliquen el cambio de las legislaciones nacionales", afirm¨® el presidente de la Comisi¨®n Europea. En su opini¨®n, los ministros de Finanzas de los Doce contribuyeron el pasado lunes en Luxemburgo a borrar "la decepci¨®n de Roma", en referencia a la propuesta hecha por Espa?a el 8 de septiembre de retrasar el proceso. Pero las diferencias subsisten". Delors hizo una llamada a la opini¨®n p¨²blica y a los parlamentos para que exijan a los gobiernos una decisi¨®n pol¨ªtica. "La palabra le corresponde ahora a los estados miembros", dijo.

El presidente de la Comisi¨®n defendi¨® en su discurso ante el pleno del Parlamento el paralelismo entre uni¨®n econ¨®mica y uni¨®n monetaria para "evitar una orientaci¨®n tecnocr¨¢tica y autoritaria y para asegurar un equilibrio" y pidi¨® que se lleve a cabo un debate pol¨ªtico para definir "la orientaci¨®n del desarrollo econ¨®mico y social".

Sin citar a Espa?a, la incluy¨® entre los que recurren sin cesar a la cohesi¨®n europea para justificar las peticiones de retraso y evitar los peligros de una Europa a dos velocidades, cuando la realidad es que, "si se rechaza tomar una decisi¨®n no habr¨¢ uni¨®n econ¨®mica y monetaria o ser¨¢ uni¨®n a dos velocidades". La creaci¨®n de un ecu fuerte que funcione junto a las monedas nacionales, propuesta de? Reino Unido que defiende Solchaga, presenta para Delors "graves riesgos de competencia entre las monedas, de encarecimiento de los tipos de inter¨¦s, y multiplica las incertidumbres de cara al futuro". Tambi¨¦n record¨® la importancia de la primera fase aprobada en la cumbre de Madrid, puesto que los ministros parecen haberse olvidado de la coordinaci¨®n de las pol¨ªticas econ¨®micas.