Pluralismo vasco
EN EL actual Parlamento de Vitoria, que se renovar¨¢ el pr¨®ximo d¨ªa 28, est¨¢n representadas siete fuerzas pol¨ªticas, m¨¢s que en cualquier otra C¨¢mara aut¨®noma. Esa diversidad de opciones refleja el pluralismo ideol¨®gico, cultural y social de la ciudadan¨ªa vasca. Por ello, y contra la pretensi¨®n de los portavoces de la minor¨ªa violenta que hace unos d¨ªas volv¨ªan a proclamar que el contencioso vasco se plantea entre "Euskal Herria y el Estado espa?ol", nadie, y menos los que son una minor¨ªa incluso en el campo nacionalista, puede pretender hablar en nombre de todo el pueblo vasco.Los sondeos pronostican una sustancial estabilidad del panorama pol¨ªtico, aunque con algunas novedades relevantes. Tal vez la principal sea la recuperaci¨®n electoral de la derecha no nacionalista, a la que se atribuyen ahora entre seis y nueve esca?os, frente a -los dos que obtuvo hace cuatro a?os. Al margen de cualquier otra consideraci¨®n, ello debe considerarse un s¨ªntoma de normalizaci¨®n pol¨ªtica. En las primeras elecciones democr¨¢ticas, a fines de los setenta, el panorama pol¨ªtico vasco reproduc¨ªa m¨¢s o menos el existente antes de la guerra civil, con tres grandes bloques de dimensi¨®n comparable: nacionalismo, socialismo y centro-derecha no nacionalista. Este ¨²ltimo bloque, entonces representado por Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico y la antigua Alianza Popular, obtuvo en las generales de 1979 m¨¢s de 200.000 votos, el 20,3%, frente al 19% del PSOE y el 27% del Partido Nacionalista Vasco. La incidencia de la violencia fue determinante en el deslizamiento de esos votantes hacia el nacionalismo moderado, primero, y hacia el socialismo, m¨¢s tarde. Es decir, hacia aquellas fuerzas que aparecieron como garant¨ªa de estabilidad y freno al auge del radicalismo asociado al terrorismo. Cinco a?os despu¨¦s, en las auton¨®micas de 1984, el PNV cosechaba el 42% de los votos y el PSOE el 23%, quedando la derecha no nacionalista por debajo del 10%.
La otra importante novedad revelada por los sondeos es la recuperaci¨®n por parte del PNV de un segmento de los votos perdidos en favor de Eusko Alkartasuna a ra¨ªz de la escisi¨®n del nacionalismo tradicional en 1986. Seguramente ello es un reflejo del avance del moderantismo respecto al radicalismo a lo largo de estos ¨²ltimos cuatro a?os. As¨ª, si bien es probable que Herri Batasuna mantenga sus posiciones, el aislamiento del radicalismo nacionalista se acentuar¨ªa, proyect¨¢ndose en el terreno pol¨ªtico algo muy perceptible en la sociedad y que Xabier Arzalluz supo resumir recientemente: "Si hubiera ganado la alternativa KAS, Euskadi ser¨ªa un pa¨ªs arruinado y los dem¨®cratas vascos estar¨ªamos ahora en el exilio".
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