El Bar?a descubre el buen sabor, de los empates
El Barcelona cedi¨® su primer punto en esta Liga y debi¨® conformarse con igualar el r¨¦cord de la temporada 1929-1930 (seis victorias y un empate en los siete primeros encuentros del campeonato), mientras Osasuna perdi¨® tambi¨¦n su primer punto en el Sadar.Pero todos acabaron contentos. Es dificil conseguir m¨¢s con menos. Johan Cruyff ha descubierto que el f¨²tbol el bonito, pero no perder resulta a¨²n m¨¢s gratificante, y eso se consigue defendiendo. Osasun-a es cada vez m¨¢s un hermano gemelo de su entrenador, Pedro Mar¨ªa Zabalza, serio, fr¨ªo y caballero, quiz¨¢ demasiado caballero.
Para conseguir un punto, que el p¨²blico navarro firmaba antes del partido, a Zabalza le bast¨® con colocar a Bustingorri sobre los talones de Goikoetxea. Y poco m¨¢s ocurri¨® durante 90 minutos. En el primer tiempo, el Barcelona dispar¨® una sola vez a puerta (Amor, minuto 35). Osasuna, ni eso.
Es dif¨ªcil explicar en qu¨¦ se entretuvieron durante tanto rato. La lucha se extendi¨® por el centro del campo, porque los compa?eros de ataque de Goikoetxea brillaron por su ausencia. Laudrup no se sabe d¨®ndeestuvo. Par¨¦ce que viv¨ªa en un dulce limbo en el que se coloca ¨¦l solo sin necesidad de que el defensa le ara?e demasiado. Desaparece del partido sin que nadie le importune. Es como si se contara pel¨ªculas a s¨ª mismo hasta llegar al vestuario.
Del tercer ¨¢tacante, Stoichkov, se ignora c¨®mo va con el idioma, pero los modales del f¨²tbol espa?ol -ya los t iene todos: protesta y se tira de maravilla. Es un broncas y el p¨²blico le cal¨® r¨¢pido, antes que el ¨¢rbitro.
Si el Barcelona era inoperante en el ataque, algo similar le ocurr¨ªa a Osasuna. El nuevo Bar?a defiende bien desde la delantera y deja poco resquicios para el equipo contrario. Osasuna logr¨® un par de ataques cuando jug¨® con rapidez, pero la mayor¨ªa de las ocasiones prefiri¨® asegurar el bal¨®n y no caer en fueras de juego -Una infracci¨®n que cometieron tanto uno como otro equipo- El ataque de Osasuna se limit¨® al polaco Urban, pero el goleador rojillo no tuvo la fuerza necesaria para romper.
El segundo tiempo fue otro cantar. Osasuna solt¨® m¨¢s r¨¢pido el bal¨®n y en el primer minuto lleg¨® dos veces al ¨¢rea. Ya era algo. El Barcelona parece que tambi¨¦n se contagi¨® y puso un poco m¨¢s de ¨¢nimo cara al gol. A los cinco minutos Koeman remat¨® de cabeza a la salida de un c¨®rner. Pero fue m¨¢s un detalle que un peligro cierto. S¨®lo cab¨ªa destacar las mayores ganas de cara al gol.
Parec¨ªa que ¨¦ste se iba acercando y que el que marcara se llevar¨ªa la victoria, sobre todo porque el Barcelona no iba a caer en'la antigua inocencia de seguir atacando. Incluso con el empate a cero no se ruborizaba por retrasar balones a Zubizarreta. Osasuna encontr¨® su peque?o fil¨®n con largos lanzamientos por alto, pero las faltas que eran se?aladas a su favor no le serv¨ªan de nada.
El partido entr¨® en una fase indecisa por el continuo peloteo de bal¨®n de un campo a otro, mientras Julio Salinas calentaba en la banda. Pero Cruyff prefiri¨® sustituir al marrullero Stoichkov por el centrocampista Eusebio.
El cambio quiz¨¢ reafirm¨® un centro del campo que se iba inclinando por el lado navarro, pero tambi¨¦n -elimin¨® la ¨²ltima o una de las escasas posibilidades de que el Barcelona aprovechara las numerosas faltas que ejecutaba Koeman.
A falta de cinco minutos saldr¨ªa por fin Julio Salinas, pero ya era mucho milagro conseguir otra vez su golito que valiera dos puntos.
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