Tribunal
El espejo ante el cual uno se afeita o se maquilla cada ma?ana se ha convertido en el ¨²nico tribunal que te juzga. Para no tener que enfrentarse con ¨¦l, muchos intelectuales se han dejado barba. Aquel joven rebelde que quer¨ªa cambiar el mundo, con el tiempo ha ido aceptando las reglas del juego, se ha acostumbrado a digerir todas las matanzas, pero esta actitud pragm¨¢tica le ha creado grumos de grasa en los mofletes y cada ideal quebrantado le ha a?adido un poco m¨¢s de pellejo colgando de la mand¨ªbula hasta completar la propia m¨¢scara que lo define. Ahora es un realista de pelo gris, un triunfador con bolsas moradas alrededor de los ojos. Su rostro ha sido modelado por las sucesivas deserciones y as¨ª el conjunto de arrugas y erosiones constituye un trazado por donde ¨¦l mismo como un explorador ante el espejo podr¨ªa remontar el camino hacia aquellas fuentes esplendorosas de la juventud que alimentaron su rebeld¨ªa. Sabe muy bien a qu¨¦ ca¨ªda moral se deben las distintas lesiones de su piel. Las patas de gallo comenzaron cuando por fin un d¨ªa reconoci¨® que no todos los hombres eran iguales; despu¨¦s de negarse por primera vez a firmar un manifiesto contra el hambre en el mundo descubri¨® con angustia que ten¨ªa ya un poco de papada; ese lobanillo que hoy le infla la ra¨ªz de una oreja coincidi¨® con su conversi¨®n a la escuela de Chicago; las primeras canas en las cejas llegaron junto con su creencia en la geopol¨ªtica como forma de entender la pobreza planetaria; un p¨¢rpado se le vino abajo cuando de pronto se vio obligado a justificar un caso de tortura para no perder el cargo; cierta expresi¨®n de amargura en los labios bajo la torva nariz que a¨²n le va creciendo responde sin duda al amor que de repente se le ha despertado por los norteamericanos. Al levantarse de la cama cada ma?ana aquel joven rebelde comparece ante este tribunal y, mientras se afeita o se maquilla, es juzgado. Frente al espejo exhibe la propia m¨¢scara labrada por todos los actos de sumisi¨®n, por todas sus renuncias. Y s¨®lo por ellas es condenado.
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