El mundo de la m¨²sica lamenta la muerte de Leonard Bernstein
El compositor y director falleci¨® cinco d¨ªas despu¨¦s de anunciar su retirada definitiva
Leonard Bernstein, el monstruo de la m¨²sica norteamericana de este siglo, capaz de convertir a la Julieta shakespeariana en la Mar¨ªa de West side story y de traducir musicalmente los di¨¢logos de Plat¨®n en su sinfon¨ªa Serenade, muri¨® en la noche del domingo en su apartamento de Manhattan, en Nueva York, de un repentino paro cardiaco, cinco d¨ªas despu¨¦s de anunciar su retirada de la m¨²sica debido a una grave dolencia pulmonar. Las banderas de la Orquesta Filarm¨®nica de Nueva York, de la que fue director, ondearon ayer a media asta, y los conciertos de la semana de esta agrupaci¨®n, y los que se celebren en el Carnegie Hall, le estar¨¢n dedicados.
[Directores, int¨¦rpretes y otros profesionales relacionados con la m¨²sica cl¨¢sica hicieron p¨²blico ayer su pesar por la muerte de Bernstein. Zubin Mehta, que le sucedi¨® en el Filarm¨®nica de Nueva York, dijo: "Para el mundo, era el m¨²sico incomparable". Seg¨²n el compositor William Schulman "ninguna carrera ha encarnado tantas facetas"].Bernstein, de 72 a?os, falleci¨® en presencia de su m¨¦dico, Kevin Calhill, que manifest¨® que el paro cardiaco que le produjo la muerte tuvo su origen en un fallo progresivo de su sistema respiratorio. El compositor padec¨ªa un enfisema pulmonar complicado por la presencia de un tumor en la pleura.
El pasado martes, el m¨²sico anunci¨® a trav¨¦s de un portavoz su retirada definitiva por consejo de sus m¨¦dicos. Pero nadie pod¨ªa adivinar que su desenlace ser¨ªa inmediato. El mercurial compositor, que adoraba desempe?ar en la vida real el papel que el cine y el teatro asignan a los directores de orquesta estrafalarios, no fue nunca un prodigio de moderaci¨®n. "Contin¨²o fumando, bebiendo y estando absolutamente comprometido en todos los frentes", hab¨ªa declarado recientemente.
Nacido en Lawrence, Estado de Massachusetts, hace 72 a?os, Bernstein no fue precisamente un ni?o prodigio en la l¨ªnea de otros compositores. Hasta los 10 a?os, cuando su familia compr¨® un viejo piano para un familiar, Bernstein no descubri¨® su afici¨®n musical. Sin embargo, poco despu¨¦s de empezar a tomar lecciones de una profesora, Helen Coates, que luego se convertir¨ªa en su secretaria, el joven estudiante decidi¨® dedicarse en cuerpo y alma a la m¨²sica.
El futuro autor de West Side story estudi¨® piano y composici¨®n en la Universidad de Harvard e incluy¨® la asignatura de direcci¨®n en su curso final.
Su salto a la fama se produjo en 1943, cuando, por enfermedad repentina del director Bruno Walter, tuvo que tomar la batuta y dirigir la Orquesta Filarm¨®nica de Nueva York. A pesar de que no hab¨ªa ensayado el concierto, su actuaci¨®n cautiv¨® al p¨²blico y a la cr¨ªtica, y al d¨ªa siguiente The New York Times le dedic¨® una rese?a en su primera p¨¢gina.
Sus actuaciones en el podio ten¨ªan la virtud de electrizar tanto al p¨²blico como a la orquesta. "Bernstein vibraba, mov¨ªa las caderas al ritmo de la m¨²sica y saltaba continuamente", escribi¨® una vez el cr¨ªtico Virgil Thompson, que reconoci¨® que la personalidad del maestro era tan intensa que muchas veces los especialistas dedicaban sus cr¨ªticas m¨¢s a la actuaci¨®n de Bernstein que a las piezas interpretadas por la orquesta. Su versatilidad como compositor le permiti¨® escribir cinco musicales para Broadway: West Side story, On the town, Wonderful town y Candice, el tema central de la pel¨ªcula On the waterfront (La ley del silencio) y la Misa, a petici¨®n de Jacqueline Onassis, para la apertura del Kennedy Center de Washington.
Babelia
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