El retorno del vencedor
M¨¢s de 5.000 personas recibieron ayer en la plaza de la Villa de Madrid a Carlos Sainz y a Luis Moya, los nuevos campeones de? mundo de rallies. Por una vez, el automovilismo pudo con el f¨²tbol. Nunca hasta ahora la plaza de? Ayuntamiento hab¨ªa registrado un lleno tan abrumador, ni siquiera cuando el Real Madrid celebra sus ¨¦xitos."No me pod¨ªa ni imaginar que me iban a recibir as¨ª", dijo Sainz al asomarse al balc¨®n del Ayuntamiento, mientras por los altavoces sonaba el Ritorna Vincitor, melod¨ªa de la opera Aida, de Giuseppe Verdi. "Yo lo que ,s¨¦ hacer es correr rallies y no hablar, as¨ª que s¨®lo quiero daros las gracias y deciros que estoy muy orgulloso de ser madrile?o y espa?ol", logr¨® al final exclamar el piloto, pese a ser interrumpido en varias ocasiones por los gritos de "?torero!, ?torero!, ?torero!".
A su lado, Luis Moya, con su gesto de eterno muchacho asustado, sonre¨ªa al ver la algarab¨ªa general. En otro balc¨®n, Antonio, el padre de Carlos, ve¨ªa c¨®mo sus ojos se nublaban por las l¨¢grimas al ver a su hijo saludando al gent¨ªo. "Ya era hora, ya era hora", dec¨ªa el feliz padre entre dientes.
Carlos Sainz lleg¨® al aeropuerto de Barajas alrededor de las 6 de la tarde, acompa?ado de su novia, Reyes, con la que espera casarse cuando termine la celebraci¨®n del t¨ªtulo mundial, y junto a su otra pareja, la deportiva, Luis Moya. Unas 200 personas, entre ellos una treintena de periodistas, esperaban a los campeones. Como ocurre en estos casos, el desconcierto fue general. A la familia se la concentr¨® en la sala de autoridades. All¨ª estaba tambi¨¦n el director general de Deportes, Rafael Cort¨¦s Elvira.
En la sala de espera, periodistas y aficionados corr¨ªan de un lado para otro sin saber a d¨®nde iban a ciencia cierta por d¨®nde aparecer Carlos y Luis, hasta que alguien, al grito de "?a la sala 2!", dio la voz de alarma. Cuando la familia, los seguidores y los periodistas quisieron llegar hasta all¨ª, Carlos y Luis estaban ya casi en el autob¨²s que les esperaba. Ni tan siquiera la hermana del campe¨®n pudo colocar las coronas de laurel que prepar¨® para los campeones con los colores de la bandera de Espa?a.
Tras un breve saludo, el presidente de la federaci¨®n, Carlos Gracia, secuestr¨® a la pareja y se la llev¨® hasta el centro de Madrid. La federaci¨®n y la marca Toyota quer¨ªan que el acto de recibimiento se concentrar¨¢ all¨ª. Al subir al autob¨²s, alguien le sugiri¨® a Carlos: "?Por qu¨¦ no conduces t¨²? Si no, no creo que seamos capaces de llegar al centro , con el atasco que todos los viernes se forma en Madrid". Pero Carlos y Luis prefirieron dejar el rally para otros. Fue en el autob¨²s donde ambos se encontraron con sus familias y recibieron las primeras ovaciones ya en suelo espa?ol.
Agust¨ªn Rodr¨ªguez Sahag¨²n, alcalde de Madrid, les recibi¨® a la puerta del ayuntamiento. "?Qu¨¦, Carlos?, ?cansado?", pregunt¨® la m¨¢xima autoridad ciudadana. "No, no estoy casado", respondi¨® Sainz.
El alcalde, que en todo momento trat¨® por igual a Carlos y a Luis durante el discurso en el balc¨®n del ayuntamiento, anunci¨®, sin embargo, en la posterior conferencia de prensa que a Carlos se le iba a nombrar hijo predilecto de la ciudad, mientras que a su copiloto se le impondr¨ªa la relevante medalla de Madrid.
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