George Bush veta la ley de derechos civiles

El presidente George Bush, cuya popularidad ha descendido 20 puntos en un mes por su forma de hacer frente a la crisis presupuestaria, tuvo que sufrir ayer el ataque indiscriminado de las organizaciones sindicales, feministas y de derechos civiles, que te acusaron de ser "un Reagan disfrazado" por su decisi¨®n de vetar el lunes por la noche un proyecto de ley de derechos civiles aprobado anteriormente por las dos c¨¢maras del Congreso. La legislaci¨®n vetada por Bush, que ha ejercido el veto n¨²mero 16 desde su llegada a la presidencia, pretend¨ªa facilitar la iniciaci¨®n de litigios contra empresarios por o parte de aquellos trabajadores que se sintieran discriminados en su empleo por raz¨®n e de color o sexo.

El presidente George Bush, presionado por los empresarios y la derecha del Partido Republicano (su partido), se decidi¨® a ejercer el veto presidencial a la legislaci¨®n aprobada mayoritariamente por ambas C¨¢maras aun a sabiendas de la impopularidad de su decisi¨®n. "Sinceramente siento tener que tomar esta decisi¨®n con una ley que lleva el t¨ªtulo de derechos civiles, y que contiene cl¨¢usulas con las que me siento profundamente identificado", manifest¨® Bush en un mensaje al Congreso explicatorio de su veto.El presidente manifest¨® que la aceptaci¨®n del proyecto de ley enviado por el Congreso para su firma equivaldr¨ªa a la introducci¨®n de cuotas en el sistema de contrataci¨®n laboral, una acusaci¨®n vehementemente negada por los patrocinadores de la ley, especialmente por Edward Kennedy, senador dem¨®crata por Massachusetts.

"La tentaci¨®n de apoyar una ley simplemente porque su t¨ªtulo incluye el t¨¦rmino derechos civiles es muy fuerte, pero cuando esa ley puede conducir al establecimiento de un sistema de cuotas [en el mercado laboral], entonces la igualdad de oportunidades no avanza, sino que se frustra", manifest¨® Bush.

R¨¦plica

La r¨¦plica de Kennedy fue: "El veto presidencial y sus repetidos intentos de colocar la falsa etiqueta de cuotas en esta legislaci¨®n forman parte de una t¨¢ctica vergonzosa [por parte de la Casa Blanca] para fomentar prejuicios y resentimientos".

Tanto el Senado como la C¨¢mara de Representantes pretend¨ªan ayer, por medio de una nueva votaci¨®n, anular el veto presidencial, pero fuentes del Congreso, despu¨¦s de analizar el resultado de las votaciones en las c¨¢maras, pusieron en duda que diputados y senado res pudieran conseguir los dos tercios necesarios constitucionalmente para anular un veto presidencial.

Las cr¨ªticas contra Bush por parte de sindicatos, asociaciones feministas y organizaciones minoritarias fueron un¨¢nimes. "La ret¨®rica puede ser m¨¢s amable y moderada, pero la pol¨ªtica de Bush no es menos peligrosa que la del ex presidente Ronald Reagan y Ed Meese [fiscal general con Reagan]", declar¨® el director de la Conferencia de Derechos Civiles, Ralph Neas.

Por su parte, Arthur Kropp presidente de otra organizaci¨®n de derechos civiles, acus¨® a Bush de ser "m¨¢s reaganista que el propio Reagan". Y el diputado de color John Conyers, en una referencia a los soldados negros que se encuentran en el Golfo, manifest¨® que "no se pod¨ªa negar a los afroamericanos la igualdad de oportun¨ªdades en el interior y luego esperar, que lucharan contra la opresi¨®n en el exterior".

Dem¨®cratas

Los dem¨®cratas llevan 20 a?os tratando de pasar una ley como la vetada por el presidente George Bush. Sin embargo, sus intentos han naufragado siempre por la aversi¨®n que el ciudadano norteamericano medio siente hacia el establecimiento de un sistema de cuotas previo en el conflictivo mercado laboral.

Su labor consiste ahora en tratar de convencer a la opini¨®n p¨²blica, antes de las elecciones del 6 de noviembre, de que, en realidad, la manipulaci¨®n del t¨¦rmino cuotas no constituye sino un intento por parte de las grandes empresas norteamericanas de seguir discriminando la contrataci¨®n de mujeres, negros e hispanos.