Carmen Llera y Dacia Maraini

Hace un a?o, el recientemen e fallecido escritor italiano Alberto Moravia redact¨® su testamento con estilogr¨¢fica ante un notario amigo suyo que viv¨ªa en su mismo bloque de casas a orillas del T¨ªber. Moravia dispuso que todos sus bienes materiales y literarios pasasen a ser propiedad de dos mujeres: su esposa leg¨ªtima, la espa?ola Carmen Llera, y su compa?era, la escritora Dacia Maraini, con quien hab¨ªa convivido durante muchos a?os hasta que se enamor¨® de Carmen.A ambas mujeres ha dejado todo por partes iguales. Y s¨®lo en una cl¨¢usula, Moravia afirma que le gustar¨ªa que dichas mujeres, sus herederas oficiales, tuvieran un gesto con sus dos hermanas, la pintora Adriana, que vive en Florencia, y Elena, viuda de un embajador.

"Ning¨²n esc¨¢ndalo", ha afirmado Adriana, "ya que Alberto sab¨ªa que nosotras dos no necesitamos nada econ¨®micamente. Y, adem¨¢s, nuestro hermano nunca fue convencional con la familia de sangre. ?l ten¨ªa su vida propia".

Sus dos herederas ofi¨¦iales han reaccionado de manera distinta. "Estoy emocionada", ha dicho Dacia Maraini, que hasta el ¨²ltimo momento fue buena amiga de Alberto y de Carmen "porque no me lo esperaba, nunca me hab¨ªa hablado de eso. Para m¨ª es como un mensaje de gran afecto. Como si tirase de m¨ª para decirme: ahora que estoy muerto, oc¨²pate de m¨ª; nuestra historia no ha acabado al mismo tiempo que m¨ª tristeza por su muerte es infinita. Dar¨ªa todo lo que me ha dejado por tenerlo en vida por un solo a?o".

Si Dacia Maraini no ha escondido su sorpresa y su felicidad, Carmen se siente herida frente a quienes han comentado que Moravia, su esposo, le ha dejado lo m¨ªnimo que prescribe la ley para la leg¨ªtima mujer: el 50% de todos los bienes. Se ha negado a dar entrevistas y ha comentado s¨®lo: "Yo no me ocupo de testamentos. Son cosas que no me interesan. No en tiendo toda esta curiosidad. Me parece una vulgaridad ir a inda gar por cada persona que muere qu¨¦ es lo que ha dejado... Ni me importa lo que diga o no diga la gente". Carmen est¨¢ terminando su ¨²ltimo libro y ha dado a entender que ya ella y Dacia Maraini est¨¢n de acuerdo en dejar parte de la herencia a las dos hermanas de Alberto, e incluso a la sobrina del difunto, Gianna Cimino, de 26 a?os, hija de Elena, que trabaja en una galer¨ªa de arte en Roma.

El autor de Los indiferentes viv¨ªa bien, pero no era ning¨²n millonario ni le gustaba el lujo. Pose¨ªa s¨®lo cuatro casas y los derechos de autor, calculados en 30 millones de pesetas al a?o. No jugaba en Bolsa. El dinero lo ten¨ªa en el banco. Le gustaba gastarlo, hasta el punto que, al parecer, al final Carmen ten¨ªa que frenarle, d¨¢ndole a entender que ciertos gastos no se los pod¨ªan permitir.

Ahora se habla ya de hacer una fundaci¨®n a su nombre que se encargar¨ªa de proteger su gran patrimonio literario, de darlo a conocer mejor ayudando al mismo tiempo a j¨®venes escritores en los caminos nada f¨¢ciles de la literatura.