El don de la seducci¨®n
?Que Sara Montiel canta poquito? Desde luego. ?Que baila casi nada? Por supuesto. Pero tiene algo que vale quiz¨¢s m¨¢s para quien ha de subirse a un escenario: el don de la seducci¨®n. Dice las canciones en tono confidencial, casi ¨ªntimo, como si estuviera cantando s¨®lo para usted. Mira con intenci¨®n, hace el gui?o p¨ªcaro, el moh¨ªn sugerente.Y se las arregla -yo no s¨¦ c¨®mo, pero se las arregla- para ofrecernos una imagen que luce espectacular, como dir¨ªa un cronista de la Prensa del coraz¨®n. Figura envuelta, m¨¢s bien desenvuelta en algunos casos, en brillos, en rasos, en destellos luminosos, con un generoso uso, quiz¨¢s excesivo, del marab¨². Las canciones de la nostalgia son siempre las mejores de Sara: el Fumando espero, la Nena y otras de aquella quinta gloriosa de El ¨²ltimo cupl¨¦; las dem¨¢s ya casi no nos dicen nada, y alguna es un aut¨¦ntico ladrillo, salvo esa Sarit¨ªzate del t¨ªtulo del espect¨¢culo, recurrente en todo ¨¦l, un verdadero hallazgo de Pedro Ruiz. Y dejemos la an¨¦cdota para la historia: una de las canciones, sobre las camareras que se sientan en las rodillas de sus clientes, da pretexto a Sara para bajar a las primeras filas de butacas y sentarse, o casi tenderse, sobre las de algunos espectadores, en esta ocasi¨®n Buero Vallejo, Javier Gurruchaga y Santiago Carrillo, quien se fue con las tetas de ella bajo el brazo; en pl¨¢stico, claro.
'Sarit¨ªzate'
Sara Montiel, Francisco, F¨¦lix Prieto El Gato, ballet de Giorgio Aresu, grupo musical de Armando Pelayo. Idea y direcci¨®n: Pedro Ruiz. Madrid. Teatro Nuevo Apolo, 24 de octubre.
El espect¨¢culo es un monumento en loor de la propia Sara, a quien vemos casi en pa?ales en los v¨ªdeos que vuelven una y otra vez sobre los m¨¢s diversos aspectos de su carrera art¨ªstica y de su vida privada. Tambi¨¦n en los textos hay jocosas alusiones a su biograf¨ªa o a su leyenda. Y ella muy presente siempre, incluso apuntando posibilidades en un personaje c¨®mico. Los dem¨¢s ingredientes son los adecuados para redondear un espect¨¢culo con marcha, desparpajo y brillantez, aunque tenga alg¨²n bache de ritmo y sobre alg¨²n rasgo de humor grueso. Innecesario adem¨¢s, porque F¨¦lix Prieto hace re¨ªr limpiamente.
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