De doce a una

El acuerdo alcanzado ayer por todos los pa¨ªses comunitarios, con la excepci¨®n del Reino Unido, recoge en parte la propuesta que hiciera el ministro espa?ol de Econom¨ªa y Finanzas, Carlos Solchaga, en el Consejo de los ministros de Finanzas de la CE del 8 de septiembre pasado.En aquella reuni¨®n Solchaga propuso retrasar un a?o el inicio de la segunda fase hacia la uni¨®n monetaria, acordado por los Doce en la cumbre de Dubl¨ªn a partir del 1 de enero de 1993. La propuesta espa?ola se basaba en gozar de un a?o de experiencia de mercado ¨²nico, y en asumir una serie de compromisos antes de contar con un banco central europeo independiente y una pol¨ªtica monetaria com¨²n.

Argumentaba el ministro espa?ol que era necesario ampliar el margen de maniobra para pagar el coste m¨¢s elevado que la pol¨ªtica monetaria com¨²n tendr¨¢ para las econom¨ªas menos fuertes. Se trataba de evitar una Europa a dos velocidades en la que algunos pa¨ªses quedaran al margen.

La fecha del 1 de enero de 1994 para iniciar la segunda fase, aprobada ayer en Roma, da la raz¨®n al ministro espa?ol.

Solchaga hab¨ªa solicitado tambi¨¦n que, la segunda fase preparatoria durara cinco o seis a?os en lugar de ser breve (dos a?os) como propon¨ªa la Comisi¨®n Europea. La posici¨®n espa?ola inclu¨ªa adem¨¢s los dos elementos del proyecto alternativo brit¨¢nico: el ECU fuerte como decimotercera moneda de la CE y un fondo monetario que lo respaldara. Se buscab as¨ª asimiliar la propuesta brit¨¢nica al objetivo de la Comisi¨®n Europea, haci¨¦ndolo evolucionar gradualmente.

El rechazo del Reino Unido a aceptar la esencia misma de la union monetaria -es decir, la moneda ¨²nica y el banco central europeo- dejan a esta postura espa?ola sin una parte de su contenido.

El acuerdo salom¨®nico de ayer consiste en que, transcurrido "un m¨¢ximo de tres a?os de experiencia en la segunda fase", se eval¨²e y se decida el paso a la fase definitiva y se cambie el reloj monetario de Europa de doce a una.