La CE decide que la uni¨®n uropea es irreversible, con la oposici¨®n de Thatcher

Viene de la primera p¨¢ginaEl retraso de un a?o sobre el objetivo inicial supone un relativo triunfo de la tesis espa?ola. Sin embargo, en un plazo m¨¢ximo de tres a?os a partir de esa fecha -es decir, antes de que concluya 1996- los Doce deber¨¢n decidir s¨ª se han cumplido las cond¨ªciones objetivas de esa etapa preparatoria y fijar la fecha de creaci¨®n definitiva de la moneda ¨²nica comunitaria."Hay que tener una moneda ¨²nica antes del a?o 2000", afirm¨® Jacques Delors, presidente de la Comisi¨®n Europea. A pesar de que el presidente FranQois Mitterrand acepta este retraso de un a?o sobre la previsi¨®n inicial y "una segunda fase de cuatro o seis a?os" de acuerdo a la posici¨®n defendida por Espa?a, Delors insisti¨® en que, "cuando la historia se acelera, es necesario dar respuestas inmediatas". "Yo soy mucho m¨¢s ambicioso", dijo."Hemos dado un paso irreversible y el objetivo final est¨¢ garantizado", se?al¨® Felipe Gonz¨¢lez, para quien "la f¨®rmula de la presidencia italiana es m¨¢s brillante que la sugerencia espa?ola y elude tambi¨¦n el riesgo de una Europa a dos velocidades".El canciller Helmut Kohl insisti¨® en que "no se debe olvidar la finalidad federal de la Comunidad".

Para Delors, "la decisi¨®n de la cumbre supone un mandato de negociaci¨®n para la conferencia intergubernamental y demuestra que son las decisiones pol¨ªticas las que hacen avanzar a Europa". Para Espa?a representa el reconocimiento de que se han cumplido los objetivos sancionados en la cumbre de Madrid, en junio de 1989.

La oposici¨®n brit¨¢nica

El presidente del Consejo Europeo, Giulio Andreotti, destac¨® el empe?o italiano por forzar el ¨¦xito de una cumbre que hab¨ªa sido calificada por muchos como vac¨ªa de contenido. Contra esa posici¨®n un¨¢nime de 11 pa¨ªses se alza la radical oposici¨®n br¨ªt¨¢nica."No permitiremos que se nos imponga una moneda ¨²nica", se?al¨® la primera ministra brit¨¢nica, porque "la libra esterlina es un s¨ªmbolo fundamental de huestra soberan¨ªa nacional". La posic¨ª¨®n brit¨¢nica se resume en: "Moneda com¨²n, s¨ª; pero una moneda ¨²nica por imposici¨®n, no".

Thatcher se mostr¨® intrans-igente, a pesar de que el Reino Unido participar¨¢ en la conferencia intergubernamental y asume algunos de los objetivos que persigue la uni¨®n monetaria, entre ellos la estabilidad de precios. "Jam¨¢s presentar¨¦ esto al Parlamento, y si alguien lo hiciera, jam¨¢s conseguir¨ªa que el Parlamento o el pueblo lo aprobara", asegur¨®.

"Con el Reino Unido hay que tener paciencia", declar¨® Andreotti, y el ministro de Asuntos Exteriores, Gianni de Michelis, opin¨® que "Margaret Thatcher no puede esgrimir la independencia monetaria, cuando esta pol¨ªtica est¨¢ dictada hoy en Europa por el Bundesbank alem¨¢n". Seg¨²n Mitterrand, quien record¨® el rechazo inicial brit¨¢nico al mercado ¨²nico, "Europa est¨¢ acostumbrada a que Thatcher no se cornprometa cuando los otros, pero al final est¨¢ siempre".

El acuerdo de la cumbre supone tambi¨¦n la confirmaci¨®n de la uni¨®n pol¨ªtica, aunque los trabajos preparatorios, m¨¢s retrasados, continuar¨¢n desarroll¨¢ndose. El Reino Unido mantiene sus reservas.

Nuevas competencias

La decisi¨®n representa el compromiso de extender las c¨®mpetencias de la CE a terrenos hoy vetados, as¨ª como aumentar el poder del Parlamento Europeo. La voluntad de los Doce es ampliar el terreno de las decisiones por mayor¨ªa para limitar el derecho de veto a los temas esenciales. El principio de cohesi¨®n econ¨®mica y social figura como garant¨ªa exigida por Espa?a en esta reforma y en la uni¨®n monetaria. El estatuto de ciudadan¨ªa europea, como un derecho adicional para todos los ciudadanos comunitarios, figura entre los objetivos.

La pol¨ªtica exterior y de seguridad com¨²n ser¨¢ un proceso gradual y una competencia administrada por los Gobiernos "para reforzar la identidad de la Comunidad y la coherencia de su acci¨®n en la escena internacional". El consenso es "ir m¨¢s all¨¢ de los l¨ªmites actuales en materia de seguridad", y los Doce aspiran a traducir al plano pol¨ªtico el peso de potencia econ¨®mica de la Comunidad Europea.