Los paseos, de un diplom¨¢tico
Lleg¨® la Madrid siendo un chaval, hijo de un funcionario de Obras P¨²blicas, y con el tiempo hizo historia. La adhesi¨®n a la Comunidad Europea o los acuerdos de cooperaci¨®n con Francia pasaron por sus manos. Ha vivido en Londres, en Nueva York, en Par¨ªs, en Buenos Aires; pero Madrid es su eterna guarida. Y de Madrid, la plaza Mayor, escenario de los paseos solitarios de un funcionario primero, de un hombre de Estado despu¨¦s."?Qu¨¦ har¨ªa usted si fuera alcalde de Madrid?".
"Lo primero, venirme a la plaza de la Villa, que est¨¢ tan cerca de la plaza Mayor".
El mismo d¨ªa que el ata¨²d de Enrique Tierno recorr¨ªa la calle de Alcal¨¢, Fernando Mor¨¢n, su amigo, su compa?ero de filas, era aclamado por el pueblo madrile?o como sucesor. Desde entonces, el fantasma de la candidatura a la alcald¨ªa le persigue con tes¨®n. Y ¨¦l, no muy partidario de comentar el asunto, s¨ª admite con cierto orgullo el favorable resultado de las encuestas.
- Ahora est¨¢ buscando casa en la capital de Espa?a. Desde que volvi¨® de Nueva York, donde estuvo hasta 1987 como embajador de Espa?a ante las Naciones Unidas, vive en El Escorial, en una de esas espl¨¦ndidas casas del siglo XVIII que rodean el monasterio. "Me echaron de la casa donde viv¨ªa", explica, "porque era la de un diplom¨¢tico que volv¨ªa a Espa?a. Algunos llegaron a decir que es que no pagaba el alquiler, pero no es cierto".
Naci¨® en Avil¨¦s, donde una calle ya lleva su nombre, pero desde los ocho a?os vive, con interrupciones, en Madrid. Ha sido vecino de un buen pu?ado de sitios distintos de la ciudad, pero nunca de su zona favorita, los aleda?os del palacio de Santa Cruz, su centro de trabajo desde 1954. A las once de la ma?ana -"como buen funcionario"- se escapaba a tomar el caf¨¦ con sus compa?eros. Despu¨¦s, cuando fue ministro con el primer Gobierno socialista, asegura que la plaza Mayor tambi¨¦n fue su v¨ªa de escape. Sus soportales, sus tiendas de gorros y objetos militares, su! escaparates de h¨¢bitos religiosos, eran testigos mudos de sus paseos cuando la m¨¢xima tensi¨®n le echaba del despacho.
Ahora, 63 a?os, eurodiputado, padre de tres hijos, abuelo de tres nietos, disfruta volviendo a pasear por la plaza Mayor, tomando un poco de jam¨®n y queso en Los Galayos, ese castizo restaurante en el que siempre fue un asiduo junto a su amigo Tierno Galv¨¢n. El alcalde, apunt¨¢ndose siempre al cocido, a las lentejas, a las jud¨ªas. El diplom¨¢tico, m¨¢s sofisticado, degustando una merluza suprema a la romana.
Le gusta volver a la plaza Mayor. "No ha cambiado pr¨¢cticamente nada desde que yo la conozco", explica. "En todo caso, noto que ahora est¨¢ todo m¨¢s cuidado. La limpieza de las fachadas ha mejorado mucho su aspecto. ?sta es una de las zonas m¨¢s bonitas de Madrid, de m¨¢s car¨¢cter".
De su ¨ªntima y larga relaci¨®n con Madrid y de su estancia en otras muchas ciudades, Mor¨¢n ha llegado a la conclusi¨®n de que ¨¦sta es una de las mejores urbes del mundo. "Todos tenemos la sensaci¨®n de que Madrid es un desastre, pero se le coge gusto. Es una de las ciudades de Europa que m¨¢s ¨¢rboles tiene -Bucarest tiene m¨¢s; luego, Madrid-, y posee dos o tres n¨²cleos urbanos muy bonitos, como los alrededores del Museo del Prado, la ,alle de Fortuny y esta zona, que es ,muy representativa".
Pol¨ªtico, diplom¨¢tico y escritor, sus art¨ªculos siempre han versado sobre las grandes cuestiones de Estado: el problema de Gibraltar, la era de Reagan o el papel de Europa en Am¨¦rica Central. Se le nota poco acostumbrado a hablar de cuestioies tan ¨ªntimas y dom¨¦sticas como su tasca preferida o estos rincones que le han visto madurar. "Estas calles han sido testigos de muchos aburrimientos m¨ªos tambi¨¦n", confiesa. Pero Madrid, en general, tambi¨¦n es una cuesti¨®n importante y para sus problemas tiene una opini¨®n estudiada y ponderada. "Yo no s¨¦ si cortar¨ªa el tr¨¢fico de esta zona", dice. "Primero porque afectar¨ªa bastante al comercio y segundo porque otras, como Tirso de Molina, se ver¨ªan muy afectadas. Supongo que se formar¨ªan grandes tapones y supongo tambi¨¦n que si no lo han cortado ya es porque probablemente no se puede hacer".
La soluci¨®n del tr¨¢fico en el centro pasar¨ªa, seg¨²n Mor¨¢n, por la soluci¨®n del tr¨¢fico en general. Y entonces,. el diplom¨¢tico hace un profundo an¨¢lisis sobre el problema de los accesos, sobre los ejes de la ciudad, sobre la centralizaci¨®n de los servicios, que agrava el problema al multiplicar los desplazamientos, sobre el p¨¦simo servicio de cercan¨ªas... De pronto repara en el inicio de la conversaci¨®n, basada en la hipotes¨ªs de lo que har¨ªa si ocupara el sill¨®n de la alcald¨ªa, y retorna su fino sentido del humor.
"Bueno, estamos siempre hablando de una hip¨®tesis puramente imaginativa, ?verdad? Como la de si yo fuese rey, si fuese vedette, en fin. Aunque antes se dec¨ªa que todo es posible, salvo convertirse un hombre en mujer, lo cual ahora tampoco es cierto"."Todos tenernos la sensaci¨®n de que Madrid es un desastre, pero se le, coge gusto. Es una de las ciudades de Europa que m¨¢s ¨¢rboles tienen
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