Pugna sorda entre Aylwin y los militares chilenos
Los ascensos y retiros en el alto mando de las Fuerzas Armadas de Chile se han convertido en escenario de una pugna con sordina entre la instituci¨®n militar y el Gobierno. Para el Ej¨¦rcito -cuyo jefe, Augusto Pinochet, encara una investigaci¨®n de la C¨¢mara baja por los cheques que la instituci¨®n libr¨® a favor de su hijo- es un momento dif¨ªcil: las acusaciones sobre la empresa financiera clandestina conocida como la cutufa, que funcion¨® en el seno del Ej¨¦rcito, han tenido un efecto comparable al de un se¨ªsmo.
El presidente chileno Patricio Aylwin objet¨® los ascensos de los generales Carlos Parera y Ram¨®n Castro. Parera fue jefe del ?rea Exterior de la Direcci¨®n de Inteligencia Nacional (DINA, ex polic¨ªa secreta de Pinochet) y presidi¨® el desfile militar del 19 de septiembre, en el que el presidente fue abucheado por parientes de uniformados. Castro actu¨® en nombre de Pinochet en una controvertida compra de terrenos en El Melocot¨®n, objetada por la oposici¨®n. En una entrevista en televisi¨®n, Aylwin expres¨® su confianza en que se cumpla la decisi¨®n del Ejecutivo. Seg¨²n Aylwin, no hay rebeld¨ªa generalizada en el Ej¨¦rcito para ajustarse a las normas democr¨¢ticas, sino m¨¢s bien "que a quien ha estado acostumbrado durante 17 a?os a mandar como amo absoluto en el pa¨ªs, le cuesta acomodarse a la funci¨®n que ¨¦l escogi¨®, de comandante en jefe del ej¨¦rcito, subordinado a la autoridad del presidente de la Rep¨²blica y del ministro de Defensa".El esc¨¢ndalo de la cutufa ha dejado como saldo un ex capit¨¢n detenido y otro fugado a Espa?a, cuatro generales pasados a retiro, otros 16 oficiales marginados de la instituci¨®n, un curso en la academia de guerra sancionado y entre 400 y 1.000 miembros del Ej¨¦rcito que perdieron todos sus ahorros.
Negocio clandestino
La financiera clandestina, una sociedad prestamista manejada por ex agentes de la CNI, daba a sus ahorrantes un inter¨¦s que casi duplicaba al bancario, ha sido vinculada con tr¨¢fico de drogas y armas, y se estima que reuni¨® unos 50 millones de d¨®lares. La sociedad chilena se interroga estos d¨ªas sobre la corrupci¨®n en las filas uniformadas. Estos hechos son propios de reg¨ªmenes en los que hay sectores que se sienten intocables, sostuvo Aylwin.El mandatario plante¨® en la televisi¨®n la necesidad de una investigaci¨®n a fondo de la cutufa. Aunque Pinochet afirm¨® que no hay culpables, el Ej¨¦rcito, despu¨¦s de una investigaci¨®n, inici¨® un sumario para determinar si hubo uso de fondos fiscales en la financiera.
El empresario Aurelio Sichel, un eslab¨®n de la financiera fue asesinado en 1989, despu¨¦s de amenazar con denunciar la cutufa, para recuperar unos 800.000 d¨®lares que deposit¨®. ?l se conectaba a la plana mayor del negocio, que integraba "solamente gente del ej¨¦rcito", sostuvo su viuda Isabel Pizarro. El general Gustavo Abarzua, director de Inteligencia del Ej¨¦rcito (DINE), era jefe de la financiera y junto con el jefe del Estado Mayor y ex jefe de la CNI, Hugo Salas, y el general ?scar Vargas, actualmente en retiro, dirig¨ªan la cutufa, seg¨²n la viuda. El capit¨¢n Gast¨®n Ramos, que est¨¢ detenido en un cuartel, y el capit¨¢n retirado Patricio Castro, ex miembro de la CNI, que huy¨® a Espa?a, captaban dep¨®sitos.
Abarzua y Salas, junto con los generales Patricio Gualda (inspector general del ej¨¦rcito) y Patricio Varela (jefe de la Sexta Divisi¨®n), estos dos ¨²ltimos depositantes en la cutufa, pasaron a retiro. Salas desminti¨® estar involucrado.
Poco despu¨¦s de la muerte de Sichel, ejecutado de cinco balazos, la CNI allan¨® la casa del empresario, por orden de Abarzua. Los agentes retiraron fotos en que aparec¨ªan Sichel, Castro y Pinochet y un arma con una placa firmada por Pinochet, seg¨²n la viuda Pizarro, sacaron adem¨¢s los cheques de Castro, que Sichel ten¨ªa en garant¨ªa por sus dep¨®sitos en la cutufa. Al salir a la luz la financiera, el negocio se desmoron¨® por la imposibilidad de devolver los dep¨®sitos. La muerte de la juez que investigaba el caso, M¨®nica Tagle, quemada en su coche en un aparente suicidio, despert¨® suspicacias.
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