Encontrados los restos de un soldado desaparecido durante unas maniobras en Zamora en abril de 1987
Un sargento del Ej¨¦rcito encontr¨® en la ma?ana del pasado domingo, mientras cazaba en el campo de tiro de Monte la Reina (Zamora), los restos del soldado Jos¨¦ Mar¨ªa Carnero Fern¨¢ndez, desaparecido en el mismo lugar en el transcurso de unas maniobras el 8 de abril de 1987. Junto a los huesos se hall¨® el DNI del soldado, un fusil Cetme, dos cargadores de munici¨®n y su ropa. Efectivos del Ej¨¦rcito y de la Guardia Civil hab¨ªan rastreado en su momento el campo de tiro en una intensa operaci¨®n que se prolong¨® durante tres meses sin que encontrara ning¨²n rastro.
El Ministerio de Defensa consider¨® entonces que el soldado hab¨ªa desertado y lo declar¨® pr¨®fugo. La familia nunca crey¨® este extremo y pusieron el caso en manos del abogado Jaime Sanz de Brem¨®n, que ayer mismo se desplaz¨® hasta Toro, seg¨²n informaron en su despacho. El padre del soldado, Jos¨¦ Mar¨ªa Carnero Osorio, desplazado tambi¨¦n a Zamora, se?al¨® ayer que en uno de los huesos encontrados se ha apreciado un alambre que fue colocado a su hijo a ra¨ªz en una operaci¨®n quir¨²rgica, lo que ha permitido su identificaci¨®n, informa Efe.El hallazgo de los restos ocurri¨® a las once y cuarto de la ma?ana del domingo, cuando el sargento del Ej¨¦rcito de Tierra, que se encontraba de caza, encontr¨® un fusil Cetme del Ej¨¦rcito con dos cargadores de munici¨®n junto a restos humanos esparcidos en un radio de 30 metros, ropas y documentaci¨®n, que se corresponden con el soldado Jos¨¦ Mar¨ªa Carnero Fern¨¢ndez.
El joven hab¨ªa desaparecido en ese mismo campo de tiro a primera hora del 8 de abril de 1987. Jos¨¦ Mar¨ªa Carnero, junto a sus compa?eros del Regimiento de Artiller¨ªa n¨²mero 26 de Valladolid, se encontraba desde hac¨ªa unos d¨ªas de maniobras en esa zona.
Tres meses de 'mili'
El soldado, que hab¨ªa iniciado el servicio militar en enero de 1987, ten¨ªa entonces 27 a?os. Era natural de la localidad zamorana de Villalobos, m¨¦dico de profesi¨®n, y resid¨ªa en Valladolid.En el momento de su desaparici¨®n, seg¨²n las informaciones que entonces se publicaron, nunca desmentidas, en su taquilla del cuartel se encontraban todos sus efectos personales, desde sus libros de medicina a la documentaci¨®n personal (excepto la hallada junto a los restos) e incluso sus libretas bancarias, con todos sus ahorros intactos.
La desaparici¨®n del soldado Carnero Fern¨¢ndez estuvo rodeada de misterio desde un primer momento, y la forma en que se ha producido el hallazgo ha extra?ado a la familia, sorprendida por que las batidas realizadas en el campo de tiro d¨ªas despu¨¦s de su desaparici¨®n no hubieran dado con el cad¨¢ver del soldado.
El misterio se vio reforzado, adem¨¢s, con los supuestos enfrentamientos que Jos¨¦ Mar¨ªa Carnero hab¨ªa mantenido con los mandos de su bater¨ªa. Seg¨²n explic¨® entonces su padre, Jos¨¦ Mar¨ªa Carnero Osorio, su hijo hab¨ªa sufrido un par de arrestos "Ieves" en apenas dos meses de estancia en el regimiento.
En el ¨²ltimo de estos arrestos, coincidente con las maniobras militares, lleg¨® a trabajar "a pico y pala", seg¨²n su padre, quien declar¨® que su hijo hab¨ªa tenido choques "con el capit¨¢n y el teniente [de su unidad]".
Las pesquisas de la familia del soldado, y especialmente de su padre, apenas pudieron ir m¨¢s all¨¢ de peque?os detalles que logr¨® obtener de algunos compa?eros de su hijo, a pesar de la prohibici¨®n impuesta para hablar con ¨¦stos. Carnero Osor¨ªo siempre ha mantenido que el estamento militar ha puesto muchas obstrucciones a sus investigaciones personales.
La jurisdicci¨®n militar mantuvo desde el primer momento que se trataba de un caso de deserci¨®n y as¨ª ha mantenido hasta ahora el expediente judicial.
Llamadas an¨®nimas
Al poco tiempo de la desaparici¨®n de su hijo, el padre denunci¨® la proliferaci¨®n de llamadas an¨®nimas al domicilio familiar, con amenazas de muerte incluidas, que finalizaron cuando la familia amenaz¨® con pedir la localizaci¨®n de la llamada.Por el momento no se ha podido establecer la causa de la muerte del joven. S¨®lo se sabe que su arma se encontraba montada, en disposici¨®n de ser usada, con una bala en la rec¨¢mara y otras dos en el cargador.
Junto al fusil se encontr¨® otro cargador, con cuatro balas, y otros dos cartuchos aparecieron diseminados por el suelo. Sin embargo, no se ha localizado ning¨²n casquillo que indique que el arma fue utilizada.
[Fuentes del juzgado militar, tras las primeras pruebas efectuadas por el forense de Toro, indicaron que los restos nunca han sido enterrados, y descartaron que el cad¨¢ver hubiera sido depositado en aquel lugar con posterioridad a su muerte, seg¨²n la agencia leal. Los restos ser¨¢n enviados al Instituto Anat¨®mico Forense de Madrid el pr¨®ximo jueves].
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