El arte de Teresa Berganza
Para celebrar la renovaci¨®n de sus locales comerciales la firma Loewe, patrocinadora desde hace a?os del Premio Infanta Cristina, organiz¨® el lunes en el Teatro de la Zarzuela una fiesta musical a la que se asoci¨® la Revista de Occidente con la presentaci¨®n de su ¨²ltimo n¨²mero, dedicado a la ¨®pera.Entre y por encima de la literatura, las flores, los perfumes de la casa y la cena, cant¨® Teresa Berganza, la madrile?a cl¨¢sica de nuestra l¨ªrica, asistida excelentemente por el pianista Juan Antonio ?lvarez Parejo. Nos dio una vez m¨¢s, como s¨®lo ella sabe hacerlo, y en un derroche de gracia y estilo, de belleza vocal y arte del fraseo, una parte consagrada a Alessandro Scarlatti, Fernando Sor y Rossini -incluida la genial Regata veneciana en lengua v¨¦neta- y otra dedicada a tres cl¨¢sicos espa?oles del siglo XX: Leoz; Nin, el padre de Nin Culmell y de la famosa Ana¨ªs, y Manuel de Falla. Con esas siete virtudes en el tratamiento de lo popular que son las Canciones. Todo cuanto interpret¨® Teresa forma. parte de su repertorio creativo, de su manera singular, de su humanidad comunicativa y emocionante. S¨®lo hay una cantante comparable a ¨¦sta: Teresa Berganza, pues, como de Alb¨¦niz dec¨ªa Faur¨¦, "s¨®lo hay tina Berganza sobre la Tierra".
Fiesta musical de Loewe
Recital de Teresa Berganza. Pianista: ?lvarez Parejo. Obras de Scarlatti, Sor, Rossini, Leoz, Nin y Falla. Teatro de la Zarzuela. Madrid, 12 de noviembre.
Un p¨²blico entusiasta calibr¨® los mil detalles y la l¨ªnea magistral de nuestra gran mezzosoprano, con la ¨²nica medida posible: la del entusiasmo. Las ovaciones se renovaron con mayor intensidad y Berganza regal¨® tres muestras muy distintas de su hacer: la Nana, de Monts alvatge sobre texto de Nicol¨¢s Guill¨¦n, el aria mozartiana Un moto de Gioia y Zueignung, sobre versos de Gilm, de Ricardo Strauss. Era el momento justo en que uno quema volver a empezar el concierto, repetir el goce puro que Berganza comunica. Teresa Berganza es, como adjetiva Sainz Valdivielso, literalmente subyugante, y cuando canta debe percibir algo m¨¢s intenso todav¨ªa que el clamor de los aplausos: el aleteo de un p¨²blico conmovido y entregado.
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