Los ¨²ltimos de Bagdad
El embajador, el segundo secretario y el oficial de radio, ¨²nicos espa?oles que siguen en Irak
GEORGINA HIGUERAS ENVIADA ESPECIAL, Los tres comparten el mismo lamento: "Me siento solo". Son los tres ¨²nicos espa?oles que siguen viviendo en Bagdad: Juan L¨®pez Chicheri, Marcos Vega y Rufino Real, embajador, segundo secretario y oficial de radio, respectivamente, de la Embajada de Espa?a en Irak. Son tres caracteres muy distintos que tratan de ayudarse a llenar el vac¨ªo tras la marcha de la familia, de los amigos y de los compa?eros de trabajo.
Marcos Vega es el que lo tiene m¨¢s f¨¢cil. Lleg¨® en agosto de 1989 y se puede permitir el lujo de mirar el calendario para ver cu¨¢ntos d¨ªas le faltan para pedir un nuevo destino. El embajador Juan L¨®pez Chicheri y Rufino Real, que al final de 1987 vivieron la llamada guerra de las ciudades en que se enzarzaron Ir¨¢n e Irak antes de poner fin a la sangrienta contienda que dur¨® ocho a?os, sue?an con que les llueva del cielo -"m¨¢s bien del ministerio"- un traslado.El d¨ªa en que la abogada Cristina Almeida y el rector Gustavo Villapalos subieron al avi¨®n con destino a la capital jordana, Amm¨¢n, llev¨¢ndose a todos los rehenes espa?oles cambi¨® esencialmente la vida de estos tres funcionarios.
Los hu¨¦spedes forzados de Sadam Husein fueron alojados voluntariamente en sus casas y, despu¨¦s de casi dos meses de compartir tensiones, sienten ahora esa especie de vac¨ªo que queda al haber cumplido una misi¨®n dif¨ªcil. "A veces tengo la sensaci¨®n de estar haciendo el tonto. Me pregunto qu¨¦ pintamos aqu¨ª ahora que ya no hay espa?oles", dice Real.
Rufino es el m¨¢s joven de los ¨²ltimos de Bagdad. Tiene s¨®lo 26 a?os y un hijo de dos, Alejandro, engendrado precisamente en Irak. Almudena, su mujer, trabajaba en la oficina comercial pero, cuando en agosto, despu¨¦s de semanas de espera, les autorizaron a salir del pa¨ªs, ella se qued¨® en Madrid con el ni?o y Rufino se volvi¨® solo.
El sue?o pesado
"Les echo much¨ªsimo de menos. La soledad y esta incertidumbre sobre qu¨¦ pasar¨¢ es bastante m¨¢s duro de llevar que los bombardeos de la guerra de las ciudades, que casi nunca lograban despertarme. Tengo el sue?o muy pesado", se?ala.
"La mayor satisfacci¨®n de mi carrera ha sido la salida de los 152 espa?oles atrapados en esta crisis. Ahora el trabajo se ha reducido sensiblemente. Juego al tenis, leo, escucho m¨²sica y pienso en la familia, en los toros y en Espa?a, pero me siento tranquilo y bien. Lo peor ya ha pasado", indica el embajador.
En m¨¢s de una ocasi¨®n a lo largo de la presente crisis, Marcos Vega, de 28 a?os de edad, se ha encontrado, como encargado de negocios, al frente de la representaci¨®n diplom¨¢tica espa?ola en Bagdad. "Ha sido una experiencia muy enriquecedora. He tenido responsabilidades fuertes y decisiones dif¨ªciles de tomar. Ha sido muy duro, pero tambi¨¦n lleno de carga vital y profesional", afirma.
El car¨¢cter abierto y optimista de Marcos pone un punto de color en el oscuro panorama iraqu¨ª: "No soy ning¨²n h¨¦roe, pero no siento miedo por m¨ª; lo que ahora me preocupa es la situaci¨®n. El qu¨¦ pasar¨¢ con Irak. Estoy releyendo Yo, el supremo, de Augusto Roa Bastos. ?Por qu¨¦ ser¨¢ que me intereso en conocer el pensamiento de ese dictador?".
"Marcos es el que tuvo peor suerte", se?ala Rufino."Dos de los cuatro rehenes que viv¨ªan en su casa se pasaban el d¨ªa gru?endo y critic¨¢ndole por no sacarlos del pa¨ªs. Comieron y bebieron a su costa. No se gastaron ni uno de los d¨®lares que llevaban para sus frustradas vacaciones, y en lugar de agradec¨¦rselo dec¨ªan que ten¨ªan derecho a ello porque pagaban impuestos. Sin embargo, con los siete que estaban en la residencia y los dos de mi casa no hubo ning¨²n problema. A veces se deprim¨ªan, como todos, pero trataban de superarlo lo mejor posible". L¨®pez Chicheri (de 50 a?os), Real y Vega pasan las ma?anas en la embajada. Luego, cada uno come en su casa y por las tardes suelen jugar juntos al tenis y frecuentemente se re¨²nen para cenar. "Ya casi no hay trabajo, pero seguimos viniendo de ocho de la ma?ana a dos de la tarde. No tenemos ni secretarias ni canciller ni auxiliares. Nos hemos quedados dos diplom¨¢ticos y un oficial de radio".
A principios de los ochenta, la colonia espa?ola en Irak superaba las 2.000 personas, antes de la invasi¨®n de Kuwait hab¨ªa unas 50 y ahora s¨®lo tres. "Tambi¨¦n hay ocho mujeres casadas con iraqu¨ªes, que est¨¢n plenamente integradas en el pa¨ªs, que a los tres a?os de matrimonio obtuvieron la nacionalidad y les est¨¢ prohibido por la ley tener pasaporte: espa?ol, pero si nos lo pidieran se lo dar¨ªamos, porque para nosotros, legalmente, siguen siendo espa?olas".
"Aburrido", dice L¨®pez Chicheri; "triste", responde Real; "solo", completa Vega. Son las definiciones de cada uno de ellos sobre su situaci¨®n actual. El embajador tiene tres reuniones semanales con sus hom¨®logos de la Comunidad Europea, a excepci¨®n de Luxemburgo, que no tiene sede diplom¨¢tica en Irak.
"Hablamos principalmente de rehenes. Es la gran preocupaci¨®n de todos. Francia y Espa?a son los ¨²nicos pa¨ªses que ya est¨¢n libres del problema; los dem¨¢s siguen empe?ados en ¨¦l. B¨¦lgica, por ejemplo, tiene muy poquitos, pero no ha logrado sacar ni a uno, mientras que los dem¨¢s pa¨ªses van sacando a sus muchos invitados con cuentagotas", dice L¨®pez Chicheri.
Dif¨ªcil elecci¨®n
"He hecho buenos amigos entre los rehenes. Para matar el tiempo, uno de ellos me da clases de italiano. Un amigo m¨ªo holand¨¦s tiene en su casa a dos rehenes que son cocineros y organizamos buenas comidas", se?ala Rufino, que tambi¨¦n estudia segundo de Econ¨®micas. "La verdad es que ahora no me puedo concentrar. Paso horas delante del libro y de pronto me doy cuenta de que no tengo ni idea de lo que he le¨ªdo". Rufino se hizo oficial de radio para salirse de la profesi¨®n militar que hab¨ªa elegido sin vocaci¨®n. Estaba destinado en Rota, y por no gustarle, no le gustaba ni navegar.
"Cuando gan¨¦ las oposicion . es me dieron a elegir entre Bagdad, Teher¨¢n y Beirut. No se sab¨ªa cu¨¢l pod¨ªa ser peor", dice mientras suena una casete de sevillanas. Entre las muchas cosas que ha aprendido en Bagdad es a bailarlas. En casa de Marcos, por el contrario, la m¨²sica que siempre se escucha es samba y bossa nova. "Lo tengo decidido: me voy a los carnavales de R¨ªo de Janeiro [ahora se toma 15 d¨ªas de vacaciones]. Mi pr¨®ximo destino ser¨¢ un pa¨ªs c¨¢lido de Am¨¦rica Latina". Rubio, de ojos azules, simp¨¢tico, siempre dispuesto a sonre¨ªr y vestido como un dandi, Marcos destaca que se siente.observado por los iraqu¨ªes, pero que jam¨¢s ha descubierto en ellos el m¨¢s m¨ªnimo rasgo de racismo o xenofobia. "Son una gente verdaderamente amable; otra cosa es el r¨¦gimen pol¨ªtico".
Tanto Marcos como Rufino aseguran que no tienen amigos ni amigas iraqu¨ªes porque "no est¨¢ bien visto por el Gobierno". La mayor¨ªa de los amigos de los dos se han marchado. "A m¨ª me quedan algunos buenos amigos entre los diplom¨¢ticos, pero est¨¢n tan ocupados con el problema de los rehenes que apenas los veo. Antes hac¨ªa fiestas y frecuentemente ten¨ªa gente a cenar, a comer, o me invitaban a m¨ª. Ahora todos se han ido y los que quedamos no tenemos ¨¢nimos", indica Marcos. El Ministerio de Asuntos Exteriores espa?ol, en previsi¨®n del embargo contra Irak, envi¨® a la embajada un cargamento de v¨ªveres que ha servido para alimentar a los siete rehenes que vivieron en la residencia del embajador y para que pueda seguirse comiendo bien ahora. "Afortunadamente, tengo una cocinera estupenda y no me falta de nada", afirma el embajador.
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