Espa?a fue v¨ªctima de su debilidad defensiva
ENVIADO ESPECIAL La lucha para llegar a Suecia va a ser sangrienta y Espa?a se dio ayer cuenta de ello. Checoslovaquia, con mas coraje que calidad, levant¨® el resultado y derrumb¨® las esperanzas espa?olas de conseguir algo positivo en su primer compromiso serio. Fue un partido intenso y dos estilos contrapuestos mantuvieron una lucha igualada durante 75 minutos. Luego, cuando Checoslovaquia igual¨® un marcador adverso, Espa?a se vio desbordada. Una vez m¨¢s, la selecci¨®n de Luis Su¨¢rez sufri¨® graves altibajos y no fue capaz de concretar el dominio del Juego que tuvo durante tres cuartas partes del encuentro. Cuando los checoslovacos pusieron cerco a Zubizarreta, volvieron a surgir las carencias t¨¢cticas de Espa?a, demasiado entregada a las individualidades.Checoslovaquia comenz¨® a toda m¨¢quina. Sus jugadores son conscientes de que son inferiores t¨¦cnicamente y trataron de marcar un ritmo vivo y agresivo. No hab¨ªa ninguna ambici¨®n de enga?ar al rival. Todo consist¨ªa en correr como posesos para enviar balones, casi siempre por arriba, a Skuhravy y Danek. As¨ª lleg¨® el primer gol, en un fallo de entendimiento de la defensa espa?ola.
La selecci¨®n reaccion¨® eficazmente. Mart¨ªn V¨¢zquez se erigi¨® en el l¨ªder. Los l¨ªderes, tan buscados en Espa?a, no se fabrican en los laboratorios. Nadie conoce a una estrella-probeta. Los jefes nacen, crecen y maduran en el c¨¦sped. Mart¨ªn V¨¢zquez, que ha ganado en serenidad y responsabilidad en Italia, pas¨® a marcar el tempo. Quique y Goikoetxea ganaban las peque?as batallas de sus bandas y Espa?a se iba acercando al ¨¢rea. Era cuesti¨®n de tiempo que llegase el empate y fue en un afortunado rebote a disparo de Roberto.
Espa?a jug¨® desde ese momento su mejor f¨²tbol. El bal¨®n estaba siempre en sus pies, con Mart¨ªn V¨¢zquez lanzando a los laterales ofensivos o buscando a sus viejos compa?eros, Michel y Butrague?o. Checoslovaquia, obligada a jugar un f¨²tbol pausado, se encontr¨® sorprendida, incapaz de mantener una lucha igualada en ese terreno.
La descolocaci¨®n checa alcanz¨® su c¨¦nit con el 1-2. Quique, redescubierto tras sus lesiones, coloc¨® un bal¨®n en la cabeza de Carlos y el delantero ovetense lo cruz¨® a la red. Carlos es un tipo de jugador que desentona en la selecci¨®n. No tiene recursos, apenas sabe regatear y tiene poca intuici¨®n para seguir a sus compa?eros. Es un obrero del gol. Sabe que para seguir en la selecci¨®n debe marcar un gol y que, si no lo hace, no tendr¨¢ la piedad de que gozan otros. Las cosas le marchan bien porque siempre marca.
Curiosamente, la marcha de Carlos signific¨® el comienzo de fin. Fue una circunstancia indirecta porque, en realidad, s¨®lo toc¨® un bal¨®n claro, el del gol que lleg¨® en un ejercicio de buen f¨²tbol en las filas espa?olas. Pero despu¨¦s de su marcha el centro del campo espa?ol se empeque?eci¨® hasta convertirse en una zona de paso. Mart¨ªn V¨¢zquez agot¨® el combustible y Michel o Roberto no cogieron el relevo. La onda del partido cambi¨®, o al menos se introdujeron algunas variantes que favorecieron los intereses de Checoslovaquia. Una vez m¨¢s, el dispositivo defensivo de Espa?a fue muy vulnerable contra la presi¨®n de los rivales. As¨ª, como en el Mundial, la defensa se convirti¨® en la primera barrera que encontraba Checoslovaquia, afectada por un ataque de coraje en busca de salvarse.
La situaci¨®n se convirti¨® en similar a la que sucedi¨® ante Islandia. Pero Checoslovaquia no es Islandia, sino un cuartofinalista mundial. Su¨¢rez suele insistir en su confianza en las individualidades. Pero da la sensaci¨®n de que, cuando ¨¦stas bajan, Espa?a se queda sin esquema eficaz. Por ejemplo, ayer, con 1-2 o 2-2, sigui¨® con mentalidad ofensiva, pero con la defensa estresada.
Danek aument¨® la adrenalina con su segundo gol y la sentencia lleg¨® en un tercer tanto en el que, una vez m¨¢s, la defensa se mostr¨® muy espesa para salvar un bal¨®n que se pase¨® por delante de la porter¨ªa hasta encontrar a Moraveik. Fue el final triste de un partido que Espa?a tuvo ganado.
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