Un proyecto espa?ol para un nuevo puente sobre el T¨¢mesis levanta pol¨¦mica en Gran Breta?a
La imaginativa idea de Santiago Calatrava es una de las dos alternativas en liza
El vicemariscal del Aire del Reino Unido Charles Maughan tiene que intervenir como moderador en la batalla para un nuevo puente sobre el r¨ªo T¨¢mesis, al que concurre un proyecto dise?ado por el espa?ol Santiago Calatrava. En calidad de presidente de la comisi¨®n que realiza los estudios oficiales del desarrollo del vado del r¨ªo en la zona este de Londres -el puente que unir¨¢ las carreteras circulares del norte y sur de la capital brit¨¢nica en Gallions Reach-, el vicealmirante Maughan debe hacer una recomendaci¨®n al Ministerio de Medio Ambiente sobre cu¨¢l es el proyecto id¨®neo.
La elecci¨®n habr¨¢ de hacerse entre el proyecto austero y econ¨®mico del puente de vigas tubulares dise?ado por William Halcrow & Asociados para el Departamento de Transportes y Planificaci¨®n (DOT), o, por el contrario, hacia el elegante, aunque mucho m¨¢s costoso, puente suspendido, de un solo tramo, dise?ado por el ingeniero espa?ol Santiago Calatrava, encargado por una empresa que propicia el desarrollo de la zona.La elecci¨®n del nuevo puente de Londres depende ahora de c¨®mo se conciba su prop¨®sito. El DOT parece favorecer el puente de Halerow, a quien encomend¨® el estudio del dise?o. La decisi¨®n del Departamento se bas¨® en un criterio sencillo: el cruce del r¨ªo en el Este de Londres es simplemente una extensi¨®n de camino sobre una franja de agua, y por lo tanto debe ser construido al menor costo posible.
Es cierto que antes el DOT hab¨ªa aprobado otro dise?o de un puente sostenido con cables, pero que fue rechazado por una empresa de transporte a¨¦reo y el Comit¨¦ de Usuarios de Transporte A¨¦reo, porque este proyecto interfer¨ªa el futuro desarrollo del tr¨¢fico a¨¦reo del London City Airport.
De modo que el DOT se qued¨® con una estructura de hormig¨®n armado que requiere no menos de 21 tramos para cruzar sobre el T¨¢mesis. Aunque el tramo central ser¨ªa el mayor de su tipo en Gran Breta?a, el dise?o oficial no ser¨ªa m¨¢s que una forma de llevar camiones, coches, bicicletas y peatones a lo largo de la fr¨ªa llanura del este de Londres.
Esto no ha sido suficiente para Stanhope, el empresario que se propone el desarrollo de la zona, y que encarg¨® a Santiago Calatrava, uno de los ingenieros m¨¢s expresivos en el mundo , dise?ar un puente que rivalice Ion el de Halcrow.
Al encargar de forma privada un esquema que se enfrenta a la propuesta oficial de la DOT, Stanhope ha propiciado un amplio debate sobre la calidad de la infraestructura de los Docklands y se ha ganado el apoyo de la Real Comisi¨®n de la Bellas Artes.
Si llega a construirse, el puente de Calatrava ofrecer¨¢ a los visitantes que lleguen por tierra desde Francia una espectacular, imaginativa y memorable puerta de entrada a la parte norte del r¨ªo T¨¢mesis. Ser¨¢ como un anuncio de la proximidad de la capital y actuar¨¢ como punto central para un nuevo desarrollo de los Docklands.
Largo plazo
"Estamos actuando como un grupo de presi¨®n para la revitalizaci¨®n a largo plazo de este ¨¢rea", dice John Fairclough, a cargo del proyecto de la empresa. Stanhope -conocido por su relaci¨®n con un gran complejo de edificios de oficinas en la City de Londres- no niega sus intereses personales en que se apruebe el proyecto de Calatrava. "Nosotros, junto a otros empresarios, queremos invertir en dise?os de gran calidad, que incluyen centros comerciales, como el que ya hemos encargado dise?ar a Richard Rogers, en un ¨¢rea colindante".
Stanhope piensa que Halcrow y la DOT han querido socavar la confianza en el proyecto al tratar de producir una distribuci¨®n de contribuciones en detrimento de la propuesta de Stanhope. Fairclough y David Dickinson, otro de los asociados de Stanhope, afirman que el informe del DOT se basa en premisas falsas.
El DOT calcula, por ejemplo, que el dise?o de Calatrava costar¨¢ 138,6 millones de libras (casi 25.000 millones de pesetas), mientras que el de Halcrow costar¨¢ 75,4 (millones) de libras (casi 13.900 millones de pesetas). El informe del DOT estima estas cantidades partiendo de la base de las 9.000 toneladas de costoso acero que Calatrava utilizar¨¢ en el arco central de su puente. Los ingenieros de Stanhope calculan que usar¨¢n 5.000 toneladas.
Curiosamente, el informe se refiere al dise?o de un puente con un arco de una sola faja. La propuesta de Calatrava est¨¢ visiblemente basada en un arco de doble faja.
A los 39 a?os, Santiago Calatrava puede ser algo joven, pero su prol¨ªfico planteamiento y realizaci¨®n de hermosos puentes y otros logros de ingenier¨ªa ha resultado una referencia muy ¨²til. Parece improbable que a Calatrava se le ocurriera sugerir la construcci¨®n de un puente que se arqueara sobre el r¨ªo como el rabo de un gato enfurecido.
Lo que se juega en el Este de Londres no es la calidad est¨¦tica de un nuevo puente, sino su costo. Si a corto plazo puede ser construido r¨¢pidamente y a bajo precio un puente que funciona, Halcrow y la DOT habr¨¢n hecho lo correcto. No puede haber dudas sobre cu¨¢l de los puentes es m¨¢s atractivo, pero si el dinero es el factor decisivo, entonces el dise?o de Calatrava debe permanecer para m¨¢s largo plazo. En caso contrario, el puente deber¨¢ ser lo m¨¢s abierto posible.
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