Abofetear
El martes d¨ªa 30 de octubre de 1990, pude leer en su peri¨®dico que un juez militar del Tribunal Territorial Prirmero de Madrid estim¨® que pegar a un soldado "no reviste car¨¢cter de infracci¨®n penal" y que pod¨ªa ser considerado como "un medio racionalmente necesario y proporcionado para contener la contumaz desobediencia" del soldado.Tomando esta resoluci¨®n del juez como una base s¨®lida para mis argumentos quisiera exponer una serie de proposiciones que pienso podr¨ªan ser de inter¨¦s com¨²n.
Creo que ser¨ªa conveniente imponer castigos f¨ªsicos a todos los reclusos que est¨¦n en c¨¢rceles espa?olas, pues este parece ser el mejor remedio, seg¨²n el se?or juez, para aplacar el comportamiento antisocial y desobediente de todos ellos.
Creo justo tambi¨¦n, que los agentes de tr¨¢fico de la Guardia Civil y de los diversos cuerpos urbanos hagan uso de sus porras en lugar de imponer multas, contra todo aquel que no respete las normas de seguridad vial.
Hay muchas m¨¢s cosas que creo justas y pienso que con esta resoluci¨®n del juez militar deber¨ªan ser seriamente consideradas, pero citarlas todas aqu¨ª prolongar¨ªa excesivamente mi carta.
S¨®lo me queda rogar al estamento militar que, aunque viva en un mundo completamente distinto al nuestro, tenga constancia de que estamos a 1990, en un supuesto pa¨ªs "europeo y civilizado".-
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