La amenaza del Golfo ensombrece la cumbre de la pacificaci¨®n

JAVIER VALENZUELA / IGNACIO CEMBRERO, El presidente norteamericano, George Bush, lleg¨® ayer a la capital francesa a ¨²ltima hora de la tarde para asistir a una cumbre que consagra el fin de la guerra fr¨ªa, ganada por Estados Unidos y sus aliados, y decidido a aprovechar las conversaciones al margen de la conferencia para intentar vencer, con la ayuda de la URSS y de los europeos, el otro enfrentamiento, el que le opone al l¨ªder iraqu¨ª, Sadam Husein. Hoy quedar¨¢ firmado en Par¨ªs el tratado de desarme.

Bush y los otros 21 jefes de Estado o de Gobierno de los pa¨ªses miembros de la OTAN y del Pacto de Varsovia firmar¨¢n hoy el mayor acuerdo de desarme de la historia y una declaraci¨®n conjunta en la que afirman que han dejado de ser adversarios y "se tienden mutuamente la mano de la amistad". A continuaci¨®n, a las once de la ma?ana, asistir¨¢n, junto con sus hom¨®logos de 12 Estados neutrales europeos, a la apertura por el presidente Fran?ois Mitterrand de la Conferencia sobre Seguridad y Cooperaci¨®n en Europa (CSCE).Justo antes de viajar a Par¨ªs desde Alemania, Bush, que cen¨® anoche mano a mano con Mitterrand en el palacio del El¨ªseo, reconoci¨® que la tensa situaci¨®n en el golfo P¨¦rsico ensombrece un poco la cumbre parisiense, pero advirti¨® que "si el mundo consiente esta flagrante agresi¨®n ( ... ) pondremos en peligro todo lo que hemos conseguido" en otros continentes.

La labor de Bush en Par¨ªs ha sido allanada por su secretario de Estado, James Baker, que habl¨® ayer justamente del Golfo con cinco ministros de Asuntos Exteriores, incluidos el sovi¨¦tico Edvard Shevardnadze y el franc¨¦s Roland Dumas, cuyos Estados tienen derecho de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU, al que Washington desea hacer votar una resoluci¨®n que autorice el uso de la fuerza para liberar al emirato kuwait¨ª.

No hay, oposici¨®n

Ayer, ninguno de los interlocutores de Baker, ni tampoco el jefe de la diplomacia china, Quian Qichem, que estuvo recientemente en Bagdad, parec¨ªa oponerse a la opci¨®n de la fuerza. "Creo", declar¨® Dumas tras su entrevista, "que un gran n¨²mero de pa¨ªses est¨¢n dispuestos a respaldar" una resoluci¨®n y Francia es uno de ellos, seg¨²n se deduce de la declaraci¨®n que hizo Mitterrand en el curso de su rueda de prensa del martes con Felipe Gonz¨¢lez. El presidente espa?ol, que lleg¨® ayer a Par¨ªs despu¨¦s de las siete de la tarde, resalt¨®, por su parte, que ese texto de la ONU era indispensable para legitimar un ataque anti-iraqu¨ª.

Dumas dej¨®, sin embargo, claro ayer que, en su opini¨®n, no hab¨ªa llegado el momento de someter a votaci¨®n tal resoluci¨®n. "Francia", dijo, "sigue preconizando el fortalecimiento del embargo". "Pensamos que el tiempo que transcurre permite medir con m¨¢s precisi¨®n sus efectos y que conviene examinar todas las opciones y, concretamente, la vuelta al Consejo de Seguridad para ver si es necesario adoptar nuevas decisiones" tendentes a reforzar el embargo. Los titulares de Exteriores de la CE preconizaron, por ejemplo, en su ¨²ltima reuni¨®n el cumplimiento m¨¢s estricto del embargo terrestre.

La discrepancia entre Estados Unidos y sus aliados europeos m¨¢s tibios, como Francia, es, m¨¢s bien, de forma que de fondo. La Administraci¨®n Bush tiene, aparentemente, prisa y tras el fracaso del ¨²ltimo intento de buscar una soluci¨®n ¨¢rabe -el rey Hassan de Marruecos propuso en vano la celebraci¨®n de una cumbre- desea que la famosa resoluci¨®n sea aprobada este mismo mes aprovechando que preside el Consejo de Seguridad.