Milagros por cat¨¢logo
La Administraci¨®n intenta regular un sector que est¨¢ a caballo entre el fraude y la brujer¨ªa
Lo mismo ofrecen un alargador de pene que un producto para adelgazar 40 kilos en 15 d¨ªas, un perfume para "no estar sola nunca m¨¢s" que una radio esp¨ªa "para o¨ªr, ver y controlar". Son empresas huidizas , que venden por correo y cuyos cat¨¢logos a todo color ofrecen el oro y el moro a precio m¨®dico; cambian de domicilio y de productos con asombrosa frecuencia y se anuncian en revistas de gran tirada. Desde hace casi un a?o, el Instituto Nacional del Consumo (INC) intenta poner orden en esta mezcla de comercio, milagrer¨ªa y fraude.
M¨¢s que empresas, son la versi¨®n modernizada de los charlatanes de feria, y sus pr¨¢cticas bordean a menudo el terreno delictivo. Sus hermanas mayores, las empresas de la Asociaci¨®n de Marketing Directo (AMD), no les permiten formar parte del colectivo porque desacreditan un m¨¦todo de venta completamente normal en los pa¨ªses desarrollados y que en Espa?a est¨¢ creciendo, con una cuota de mercado que en 1988 supuso el 10% de la inversi¨®n total publicitaria (el 50% en EE UU, 25% en Italia, 35% en Francia)."Los productos y los m¨¦todos son muy similares y da la sensaci¨®n de que van en paralelo", afirma Maribel Ruiz Urroz, jefa del servicio de An¨¢lisis de Mercado del Instituto Nacional del Consumo, que lleva meses haciendo un paciente seguimiento del sector. "Pero son muy peculiares: si vamos tras una, las de la competencia se chivan. Mezclan todo: relojes, portabustos, adelgazantes, y se reconvierten r¨¢pidamente: una que ofrec¨ªa productos diet¨¦ticos ahora vende relojes de agua y cadenas de oro".
El INC, dado que no tiene facultad sancionadora, analiza minuciosamente la publicidad; si considera que existe un fraude da traslado a la comunidad aut¨®noma en donde est¨¦ el domicilio social de la empresa de que se trate, y la comunidad aut¨®noma sanciona. Si se trata de publicidad enga?osa o il¨ªcita, que atenta, por ejemplo, contra un derecho fundamental como la intimidad, hace un requerimiento de cesaci¨®n de publicidad, al que, en caso de no ser atendido, sigue una demanda judicial basada en la ley de publicidad de 1988, texto que ya ha dado lugar a var¨ªas sentencias. Tambi¨¦n puede darse el caso de que se persigan productos que puedan atentar contra la salud, en cuyo caso se plantea la posibilidad de una persecuci¨®n judicial. En este ¨²ltimo caso existen otros organismos de la Administraci¨®n directamente interesados en el ¨¢rea de Sanidad.
Escurridizos
Se llaman Arcadia, Comercial Hanover, MAE, Mundipost, Magic Foundation International, ISELL, Dep¨®sito de la Marina. Se escurren a la hora de precisar las caracter¨ªsticas de sus productos o ense?ar sus cuentas. Su direcci¨®n resulta ser s¨®lo un buz¨®n o apartado de Correos que pronto abandonan, con lo que la pista se pierde. Algunas gastan de cuatro a seis millones mensuales en publicidad en revistas, aparte del coste de los cat¨¢logos; otras alquilan por temporada car¨ªsimos locales comerciales.
Curiosamente s¨®lo han sido denunciadas dos: ISELL y Dep¨®sito de la Marina. ISELL tiene su domicilio social en M¨²nich (Alemania), lo que dificulta cualquier gesti¨®n.
Sus pr¨¢cticas comerciales en ese pa¨ªs son completamente normales. Oferta en sus cat¨¢logos una gran variedad de joyas -Gerard Harsen, "perito oficial de bisuter¨ªa", garantiza que son "rigurosamente verdaderas"-, talismanes, gafas y plantillas.
El llamado Dep¨®sito de la Marina es un caso ya antiguo, y aunque ha sido denunciado como fraudulento, sigue anunci¨¢ndose en diversos medios de prensa escrita. Anuncia s¨®lo dos o tres art¨ªculos, uno de los cuales son unos "gemelos de mar y campo", que son simplemente dos tubos en paralelo, hechos de material pl¨¢stico y sin prisma. Esta misteriosa entidad ha tenido varios domicilios postales, y finalmente se ha perdido su pista.
Algunos de los art¨ªculos m¨¢s corrientes en los cat¨¢logos son talismanes que garantizan ¨¦xito, y dinero, as¨ª como p¨®cimas o perfumes que atraen irremisiblemente a la persona deseada. Algunos se ofrecen gratuitamente a vuelta de correo. ?D¨®nde est¨¢ el negocio? "Hemos pedido los talismanes, pero, sorprendentemente, no nos han contestado", asegura Maribel Ruiz.
Una de las primeras investigaciones del INC fue comprobar la veracidad de los testimonios de personas supuestamente favorecidas y que las empresas utilizan como publicidad, al estilo de: "gan¨¦ tres veces en juegos de azar tras recibir su talism¨¢n". "Las cartas exist¨ªan", afirma Ruiz, "pero al leer atentamente la publicidad de un "medall¨®n m¨¢gico" encontramos la explicaci¨®n, en letra m¨¢s peque?a." El folleto, ofrece 25.000 pesetas a los compradores del medall¨®n cuyos comentarios sean escogidos por el departamento de publicidad de Comercial Hanover.
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