El poder religioso se multiplica
"Nos encaminamos irremediablemente a hacer de Israel la nueva cuna del jomeinismo", se?ala casi desesperado un jud¨ªo de origen argentino que se vino a vivir a Israel en 1975 y que aspira a que vengan cientos de miles de jud¨ªos sovi¨¦ticos laicos para tratar de apaciguar el extremismo religioso.
El poder de la religi¨®n en este pa¨ªs que fundaron muchos laicos de ra¨ªces jud¨ªas se multiplica. Los tent¨¢culos de los ultraortodoxos se extienden desde el Gobierno hasta las la faz del pa¨ªs fisica, legal y moralmente.
Israel se ha plagado de levitas y sombreros negros, de hombres con tirabuzones y mujeres con peluca para ocultar que llevan la cabeza rapada. "No comprendo a esa gente, ni me interesa", dice un funcionario con cazadora y vaqueros, que despu¨¦s de varias preguntas termina defendiendo los principios ortodoxos de que no hay nada que negociar con los palestinos.
"Lo malo de Israel es que si el que estuviera gobernando ahora fuera el Partido Laborista en vez de los conservadores del Likud pasar¨ªa igual.
El peso que inclina la balanza hacia uno u otro lado son los partidos religiosos, que apoya un 20% de la poblaci¨®n, y para hacerse con el poder laboristas y Likud est¨¢n dispuestos a ofrecer lo que les pidan", afirma un diplom¨¢tico occidental.
"Nos encontramos en un pa¨ªs de mascarada. Hasta la l¨ªnea verde existe democracia, derechos humanos y libertad. M¨¢s all¨¢, la moral se transforma. Lo ¨²nico que existe es la tiran¨ªa y la represi¨®n", afirma un miembro del Movimiento Progresista para la Paz.
"Lo poco que nos quedaba, la posibilidad de informar sobre nuestra tragedia, ha sufrido un duro golpe con la detenci¨®n hace ya dos semanas de Radwuan Abu Ayash, director de la Asociaci¨®n de Periodistas ?rabes, y Zlyad Abu Zayad, director del semanario Geshe, la ¨²nica publicaci¨®n peri¨®dica en hebreo realizada por palestinos. El primero fue condenado a seis meses; el segundo, a un a?o. Ambos sin juicio y sin cargos", indica un dirigente de la Intifada.
Sin embargo, ahora son los jud¨ªos moderados quienes sienten que apenas pueden sobrellevar la doble tragedia de aguantar el radicalismo palestino y el de su propio pueblo.
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