Las l¨¢grimas de Boabdil
Son las que derramar¨ªa, si algunas quedaron, al ver lo que han hecho con su ciudad.Visit¨¦ Granada como uno m¨¢s de los miles de turistas que cada a?o lo hacen. Estuve tres d¨ªas all¨ª, estoy indignado y lo siento por los granadinos, que supongo ninguna culpa tienen.
La visita me ha supuesto el sufrir una ciudad antigua, no hecha para coches, sin parques, jardines, zonas verdes, calles peatonales, salvo peque?as excepciones, en la que al intentar andar por sus calles me he sentido acorralado, ahumado por un tr¨¢fico sin fin, coches y, sobre todo, much¨ªsimas motos, que consiguieron que mi estancia fuera un ataque cont¨ªnuo a mis debilitados nervios de ciudadano de Madrid.
Yo les pedir¨ªa a las autoridades municipales de Granada que, si quieren seguir manteniendo su ciudad entre las m¨¢s tur¨ªsticas de Espa?a, arreglen ese desaguisado. Ah, existe una isla de tranquilidad dentro del caos llamado Alhambra, que demuestra, s¨®lo a unos cuantos metros de distancia, lo bien que lo hace el ser humano cuando se lo propone. Claro que eso fue hace m¨¢s de 500 a?os y a¨²n no exist¨ªa la caja tonta con ruedas.- .
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