El hecho diferencial
"Largos a?os de experiencia docente me han ense?ado que es muy dif¨ªcil a nuestros pueblos mediterr¨¢neos -y no por casualidad- hacerse cargo del car¨¢cter peculiar, ¨²nico entre todas las dem¨¢s cosas del universo, que constituye el pensamiento y la subjetividad.En cambio, a los hombres del Norte les es relativamente f¨¢cil y obvio. Y como la idea de subjetividad es el principio b¨¢sico de toda la Edad Moderna, conviene dejar al paso insinuado que su incomprensi¨®n es una de las razones por las cuales los pueblos mediterr¨¢neos no han sido nun- Pasa a la p¨¢gina siguiente Viene de la p¨¢gina anterior ca plenamente modernos". (Ortega).
Ahora que est¨¢ en boga marcar y acentuar hasta el paroxismo el llamado "hecho diferencial" de los diversos pueblos que integran Espa?a, he de confesar que tambi¨¦n yo durante cierto tiempo sosten¨ªa estas diferencias. Bien es cierto que la g¨¦nesis de este modo de pensar germin¨® en m¨ª cuando me hallaba fuera de mi Galicia natal.
En noviembre de 1966 ca¨ªan en mis manos las obras completas de Rosal¨ªa de Castro, editadas por Aguilar. Por aquellos a?os me encontraba fuera de mi tierra ejerciendo la profesi¨®n de maestro. Al terminar la lectura llegu¨¦ a la conclusi¨®n de que los gallegos ¨¦ramos un pueblo eminentemente reflexivo, por tanto muy europeos. Y frente a nosotros se hallaban los pueblos mediterr¨¢neos del resto de Espa?a, irreflexivos a nativitate.
En consecuencia, presum¨ªa de nues, tro atlantismo y ten¨ªa a gala afirniar que Galicia era la tierra m¨¢s europea de Espa?a. ?Acaso el ensayista V. Garc¨ªa Mart¨ª no llam¨® a esta tierra "una punta de Eurepa"?
El hecho fue que, movido y conmovido por los versos de Rosal¨ªa, me decid¨ª a paticipar en un concurso de traslados, obteniendo una escuela en nuestra querida tierra.
Al cabo de cierto tiempo -una vez apagados los ardores de mi idealismo- se me abrieron los oJos y pude comprobar que los gallegos, m¨¢s o menos, adolecemos de aquello de lo que yo tanto presum¨ªa. Somos indisciplinados, bastante an¨¢rquicos y muy barulleiros. Amo entra?ablemente a Galicia, pero "a vaqui?a polo que vale". Como dijo el cl¨¢sico: "Soy amigo de Plat¨®n, pero m¨¢s amigo de la verdad".-
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