Un paciente pasa 44 d¨ªas con la mano unida al abdomen por una inyecci¨®n mal puesta
El Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 39 de Madrid ha admitido a tr¨¢mite una querella contra una ATS y el director de la ciudad sanitaria La Paz por delito de imprudencia temeraria, presuntamente cometido por la enfermera al poner en una mano de un paciente una inyecci¨®n que result¨® extravasada (fuera de la vena). El paciente tuvo que permanecer con una mano unida al abdomen durante 44 d¨ªas.
Seg¨²n el relato de la querella formulada por el abogado Gustavo L¨®pez-Mu?oz, el paciente, Prudencio Navarro Romero, de 63 a?os, ingres¨® el 10 de diciembre de 1988 en el servicio de Medicina Interna de La Paz para recibir uno de los 10 ciclos de quimioterapia que le hab¨ªan prescrito, al presentar unos bultos en la mand¨ªbula, bajo el maxilar.La inyecci¨®n le fue suministrada por una ATS, de nombre Mar¨ªa ?ngeles, cuyas dem¨¢s circunstancias el paciente no ha podido averiguar al serle denegadas por el hospital. La enfermera le aplic¨® una aguja de palometa r¨ªgida y corta en la vena del antebrazo derecho, introduciendo por ella adriamicina intravenosa. La enfermera abandon¨® la habitaci¨®n y dos minutos despu¨¦s Prudencio Navarro not¨® un fort¨ªsimo escozor en la mano. Al obervar que la aguja estaba fuera de la vena, cerr¨® el paso del l¨ªquido y avis¨® a Enfermer¨ªa. Seg¨²n el querellante, la enfermera tard¨® 34 minutos en acudir a la llamada.
Al llegar la enfermera y comprobar la extravasaci¨®n, sac¨® la aguja del antebrazo derecho y la introdujo en el izquierdo. A los 10 minutos, el paciente comprob¨® que presentaba "una notable inflamaci¨®n en todo el dorso de la mano izquierda", por lo que igualmente cerr¨® el paso del medicamento v volvi¨® a llamar.
La enfermera le dio unas masajes con pomada en las zonas afectadas. Posteriormente, al no acertar a encontrar la vena, requiri¨® el auxilio de otra enfermera que cambi¨® la aguja dura de acero por otra flexible e inyect¨® sin mayores problemas.
Diez d¨ªas despu¨¦s, al paciente le apareci¨® una ¨²lcera necr¨®tica en el dorso de la mano izquierda, con intensos dolores que le imped¨ªan dormir. Concluido el cielo, de quimioterapia en el mes de marzo siguiente, Prudencio Navarro recibi¨® un volante para cirug¨ªa pl¨¢stica.
El 26 de mayo el paciente fue intervenido por primera vez para efectuar la cobertura de la mano izquierda mediante un "colgajo axilar", que fracas¨®.
Colgajo abdominal
Tras sufrir 16 curas, volvi¨® a ser intervenido, esta vez con anestesia general, para practicarle un "colgajo abdomina", manteniendo el dorso de la mano izquierda unido al abdomen durante 21 d¨ªas, y volviendo a ser intervenido nuevamente para separ¨¢rsela.Entre septiembre de 1989 y junio de 1990, el paciente sufri¨® otras cuatro intervenciones y 31 curas. A partir del 4 de junio permaneci¨® otros 23 d¨ªas con un nuevo "colgajo abdomino-manual" y le tuvo que ser practicado un injerto de piel extra¨ªda del muslo de la pierna izquierda.
Tras otra intervenci¨®n y 29 curas m¨¢s, el paciente termin¨® el tratamiento. A Prudencio Navarro le han quedado secuelas f¨ªsicas en las manos, seg¨²n relata en el escrito de querella, adem¨¢s de secuelas ps¨ªquicas como "imposibilidad de conciliar el sue?o sin relajantes, notable cambio de car¨¢cter y grave deterioro de las relaciones maritales y familiares".
El querellante manifiesta que la "actuaci¨®n negligente y despreocupada" de la enfermera fue la "causa directa de grav¨ªsimas y muy dolorosas lesiones" y considera a la direcci¨®n de la ciudad sanitaria La Paz responsable de la "temeraria prestaci¨®n del servicio".
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