"Los excesos no se corrigen con la porra"
Ha sido un d¨ªa complicad¨ªslmo para Mulud Hamruche. Por la ma?ana, las calles de Argel, empapadas por la lluvia, han amanecido colapsadas por la larga marcha de centenares de guardias forestales que se dirig¨ªan a la presidencia del Gobierno para reclamar mejoras salariales. A media ma?ana ha tenido que trasladarse hasta el aeropuerto de la ciudad -inexplicablemente contin¨²a bautizado con el nombre del anterior presidente de la Rep¨²blica, Huari Bumedi¨¢n- para despedir a Chadli Benyedid, que iniciaba una gira por los pa¨ªses del Golfo en busca de un plan de paz. Por la tarde, mientras los vecinos de la alcazaba irrumpian en las avenidas centrales de la capital reclamando soluciones para su barrio, Hamruche comparec¨ªa ante la Asamblea Popular Nacional para someter su programa de Gobierno al voto democr¨¢tico de la C¨¢mara. Esta fue a grandes trazos su jornada de ayer.Dedicado al Ej¨¦rcito
Es un hombre diminuto, delgado, de aspecto gris y apagado. Su curr¨ªculo pol¨ªtico es breve, sin es tridencias. Dedicado al Ej¨¦rcito, donde lleg¨® a ser teniente coronel; al partido, o a la burocracia de la presidencia del Gobierno, donde desempe?¨® el cargo de jefe de protocolo durante el man dato del anterior presidente Pero es el hombre id¨®neo. Chadli Benyedid lo escogi¨® como pri mer ministro por su seriedad disciplina, capacidad de trabajo y firmes convicciones democr¨¢ticas. Tiene una misi¨®n concreta: la de acelerar el proceso democr¨¢tico, ralentizado por su predecesor, convertido hoy en l¨ªder de un nuevo partido pol¨ªtico en el que intentan cobijarse los barones del bumedianismo.
Pregunta. En un plazo de seis meses el pa¨ªs deber¨¢ enfrentarse a unas elecciones legislativas, las primeras del pluripartidismo y la libertad. ?Tendr¨¢ usted tiempo suficiente para poner la casa en orden?
Respuesta. Nunca hay tiempo suficiente. Pero lo importante no es el tiempo, sino el proyecto, y que la gente lo comprenda y lo apoye. El Gobierno ha tenido mucha suerte. En menos de un a?o muchas cosas que eran te¨®ricas se han convertido en casi evidentes. La sociedad evoluciona muy bien, con serenidad, a pesar de los excesos, en ocasiones, del lenguaje y del debate. Pero tengo la convicci¨®n de que hemos acertado. Los problemas persisten, pero si continuamos en esta din¨¢mica y con el mismo ritmo, nos presentaremos a"las elecciones legislativas con una situaci¨®n diferente.
P. ?Tendr¨¢ tambi¨¦n tiempo suficiente para cambiar el Frente de Liberaci¨®n Nacional (FLN) y reestructurar el ex partido ¨²nico?
R. Era muy dif¨ªcil hacer comprender a los dirigentes del aparato del partido que deben cambiar y adaptarse a la nueva situaci¨®n. Hay que darles tiempo. S¨®lo as¨ª ser¨¢n capaces de entender la necesidad del cambio, de la evoluci¨®n y de la renovaci¨®n. Ha habido tentativas de bloqueo y de oposici¨®n, que han salido del interior del partido. Pero el tren est¨¢ en marcha. Est¨¢ lanzado.
P. La sociedad argelina est¨¢ permanentemente movilizada en la calle. ?No pueden volver a repetirse los incidentes y la revuelta de octubre de 1988?
R. Esta efervescencia es el fruto de la nueva Constituci¨®n, que ha garantizado la libertad pol¨ªtica a los ciudadanos. Ahora todo el mundo se expresa libremente. Todos quieren hacerse o¨ªr, plantear sus problemas y reivindicaciones. Pero la situaci¨®n es totalmente diferente. Los acontecimientos de 1988 se produjeron despu¨¦s de largos a?os de silencio y de ausencia de democracia. Las ¨²nicas reivindicaci¨®nes eran las que brotaban del partido ¨²nico. Ahora esta libertad excluye toda posibilidad de revuelta. Argelia se encuentra al abrigo de una revuelta similar a la de octubre.
P. Pero los rumores y los chirridos disonantes no cesan. Al mismo tiempo que se oyen las voces de los integristas se escuchan los rumores del descontento del Ej¨¦rcito.
R. Vivimos una situaci¨®n social y econ¨®mica grave. Hay muchas demandas a satisfacer y algunos ciudadanos se colocan en los extremos. Escuchan cualquier discurso demag¨®gico y esperan salidas milagrosas. ?sta es la explicaci¨®n del auge del islamismo, que ha logrado movilizar a un gran n¨²mero de j¨®venes marginados. Pero estamos solucionando este problema con la puesta en pr¨¢ctica de un programa democr¨¢tico y econ¨®mico que crea posibilidades de empleo y ayuda a los j¨®venesdoles a levantar sus propias empresas. Hoy tenemos a millares de ¨ª¨®venes organizados, que han ingresado en estas asociaciones para canalizar sus reivindicaciones.
Con respecto a otro tipo de rumores, como el de las botas, es un ruido normal en una sociedad que ha vivido durante 27 a?os en un r¨¦gimen de estabilidad total, en el que hab¨ªa un discurso ¨²nico y un solo centro de poder. De repente, esta sociedad se tambalea con el multipartidismo y con la libertad de expresi¨®n. Creo que nuestros amigos espa?oles recuerdan perfectamente este fen¨®meno. En el momento que iniciaron su proceso democr¨¢tico hubo tambi¨¦n rumores, ruidos de botas, esl¨®ganes, manifestaciones y movilizaciones de masas. Hay que conservar la sangre fr¨ªa. Gestionar bien la calle e intentar ense?ar a la gente a comportarse, expresarse y reivindicar dentro del marco de la democracia. Cuando hay excesos hay que intentar corregir, pero no con la porra. Los excesos no se corrigen con la porra, sino con la l¨®gica, la reflexi¨®n y la explicaci¨®n.
Movimientos de liberaci¨®n
P. Durante muchos a?os Argelia fue el faro de los movimientos de liberaci¨®n. Fue el cobijo de numerosos grupos pol¨ªticos pol¨¦micos, como la propia ETA. ?Ha cambiado tambi¨¦n la pol¨ªtica de Argelia en este punto?
R. Hemos sido durante la d¨¦cada de los a?os sesenta, setenta e incluso los ochenta, campeones del movimiento de los No Alineados. Viv¨ªamos en un mundo en el que hab¨ªa dos potencias enfrentadas. Hab¨ªa un riesgo de guerra real y escogimos esta l¨ªnea en un intento de preservar nuestra independencia y, llegado el caso, movilizar un gran frente contra una eventual guerra. Pero ahora hay un nuevo orden mundial, que exige otra visi¨®n de las cosas, otra manera de pensar. Hay que analizar el contexto regional e intentar encontrar un nuevo sistema de cooperaci¨®n y de seguridad mutua, para que todo el mundo pueda sentirse seguro tras sus fronteras.
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