Tirana ya no resiste
LA ?LTIMA y ex¨®tica flor del socialismo real europeo, Albania, ha empezado a marchitarse. Es la prueba viva de que, en pol¨ªtica, no es posible mantener indefinidamente un compartimento estanco: la presi¨®n del desmoronamiento de los reg¨ªmenes de su entorno, y especialmente de la desintegraci¨®n nacional yugoslava, ha sido demasiado para el r¨¦gimen de Tirana. El Partido Laborista de Albania (PLA) y su l¨ªder, Enver Hoxa -hasta su muerte en 1985-, controlaron el pa¨ªs con mano f¨¦rrea y, por encima de todo, con feroz voluntad de aislamiento. S¨®lo desde que, a principios de los ochenta, Albania rompi¨® relaciones con China, el Gobierno de Tirana, bajo la direcci¨®n del nuevo n¨²mero uno, Ramiz Alia, intent¨® abrirse prudentemente al exterior: estableci¨® relaciones diplom¨¢ticas con un n¨²mero creciente de pa¨ªses occidentales, entre ellos Espa?a, e incluso en a?os recientes particip¨® en las discusiones de la Conferencia de Cooperaci¨®n en los Balcanes, reuniones a las que han concurrido los pa¨ªses de la zona sin distinci¨®n de sistemas pol¨ªticos.El a?o de 1990 est¨¢ siendo traum¨¢tico para Tirana. Durante la primavera, el Gobierno anunci¨® una serie de reformas econ¨®micas que fueron acogidas por la poblaci¨®n con una mezcla de entusiasmo y desconfianza. Posteriormente pareci¨® que el proceso se bloqueaba. Sin embargo, el progreso democr¨¢tico de los pa¨ªses del ¨¢rea fue la se?al de la reanudaci¨®n de las concesiones predemocr¨¢ticas. Hacia el exterior, con la solicitud de incorporaci¨®n a la Conferencia de Seguridad y Cooperaci¨®n Europea; hacia el interior, con el anuncio hecho por Ramiz Alla de que se admitir¨ªan candidaturas m¨²ltiples, aunque no partidos fuera del oficial, para las elecciones legislativas de febrero de 1991.
La inflexi¨®n pol¨ªtica se produjo la semana pasada cuando los estudiantes, fortalecidos porque Alia se hubiera prestado a conversar con ellos, crearon, pese a la prohibici¨®n, su propio Partido de Estudiantes y J¨®venes Intelectuales. El Gobierno destituy¨® a cinco destacados dirigentes ligados al aparato represivo del Estado. Parec¨ªa claro que el m¨¢ximo dirigente alban¨¦s, m¨¢s interesado en encarrilar la crisis pol¨ªtica para no perder el poder que en democratizar realmente el pa¨ªs, intentaba contener la avalancha estudiantil coloc¨¢ndose a su cabeza. Pero su posterior intento de controlar la revuelta estudiantil lanzando a la calle a obreros y militantes comunistas recuerda demasiado las represiones de Bucarest y Timisoara para que se interpreten los acontecimientos albaneses de estos d¨ªas como el tr¨¢nsito sin incidentes hacia la libertad del ¨²ltimo pa¨ªs comunista de Europa.
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