Miles de rumanos celebran en Timisoara la sublevaci¨®n contra Ceausescu
Miles de ciudadanos de Timisoara, ciudad donde comenz¨® la revoluci¨®n rumana, conmemoraron ayer el aniversario de la sublevaci¨®n popular protestando en contra del presidente Jon Iliescu. Los estudiantes, en huelga desde el 11 de diciembre, y los obreros, que hoy comienzan la huelga general, se juntaron ayer -como hace un a?o- frente. al edificio de la Opera para exigir libertad, el fin del comunismo y la dimisi¨®n del Gobierno rumano. "Hace un a?o la gente ten¨ªa la cara alegre y se sent¨ªan libres", dice Sorin Oproa, veterano de la revoluci¨®n. "Hoy sus caras son m¨¢s tristes", a?ade.
"La poblaci¨®n de Timisoara esperaba cambios muy radicales y se siente hoy m¨¢s desilusionada que el resto de Rumania", explica Andreas, profesor de franc¨¦s. De hecho, los h¨¦roes de Timisoara fueron marginados del poder creado en Bucarest, y desde entonces no cesa la rivalidad entre las dos ciudades.
"Este Gobierno tiene que permanecer en el poder porque quiere evitar que se sepan sus implicaciones en la represi¨®n de Timisoara", manifiesta Lorin Fortuna, profesor del Instituto Polit¨¦cnico y primer dirigente posrevolucionario de la zona de Timisoara, posteriormente alejado del poder.
Fortuna y los estudiantes exigen que el Gobierno aclare lo ocurrido entre el 16 y el 25 de diciembre pasados, al igual que el papel de los mineros en la represi¨®n en contra de los manifestantes en junio pasado en Bucarest.
"Es imposible regenerar Rumania si se sigue con las mentiras", expres¨® ayer en su homil¨ªa de conmemoraci¨®n Lazslo Tokes, sacerdote h¨²ngaro y detonador inmediato de los acontecimientos de Timisoara. La mentira de los gobernantes y el ocultar la verdad pol¨ªtica parecen preocupar a los rumanos m¨¢s que los comercios vac¨ªos, la calefacci¨®n deficiente y otras dificultades econ¨®micas.
Resolver problemas
"Es importante resolver los problemas pol¨ªticos para luego abordar los econ¨®micos", comenta Lorin Fortuna, quien apoya, al igual que los estudiantes, la creaci¨®n de un Gobierno de uni¨®n nacional: Gobierno de tecn¨®cratas.
De hecho, en la noche del s¨¢bado, el l¨ªder de? Partido Nacional Liberal, Radu Campeanu, anunci¨® en la televisi¨®n que hoy se celebrar¨¢n las conversaciones entre el Frente de Salvaci¨®n Nacional y los partidos de oposici¨®n, con miras a la formaci¨®n de un Gobierno de uni¨®n nacional. Por otra parte, la Alianza C¨ªvica, organizaci¨®n opositora extraparlamentaria que agrupa a los intelectuales y cuya influencia est¨¢ creciendo, pide elecciones anticipadas.
Para algunos habitantes de Timisoara, ciudad de 300.000 habitantes, la revoluci¨®n abri¨® nuevas posibilidades. Miles de personas abandonaron su empleo para dedicarse al contrabando de mercanc¨ªas.
Muchos productos nunca llegan a las tiendas, pues se dirigen directamente al extranjero, principalmente a Yugoslavia En la frontera con Yugoslavia, a s¨®lo 70 kil¨®metros de Timisoara, la gente espera entre 10 y 24 horas para poder salir y vender. En un viaje ganan el equivalente a su sueldo anual.
Por otra parte, la producci¨®n en las industrias de la zona cay¨® entre un 50% y un 60%, seg¨²n Florin Knezevic, consejero del alcalde. "La gente no trabaja porque no tiene motivaci¨®n: sueldos bajos, ausencia de materia prima, legislaci¨®n inadecuada y la atracci¨®n del contrabando".
Poco ha cambiado Timisoara en un a?o. Los numerosos peri¨®dicos en circulaci¨®n y la libertad de expresi¨®n en la pol¨ªtica callejera no satisfacen a la mayor¨ªa de la poblaci¨®n, que a¨²n hace colas interminables, tiene la comida racionada, desconoce la verdad sobre los acontecimientos de diciembre pasado, asiste a la rehabilitaci¨®n de los antiguos cuadros comunistas y observa c¨®mo los corruptos y los contrabandistas amasan enormes fortunas.
Al menos 10.000 estudiantes y obreros, desafiando la lluvia y el fr¨ªo, recorrieron ayer las calles de la ciudad s¨ªmbolo de la oposici¨®n, agach¨¢ndose en silencio frente a los lugares donde cayeron las v¨ªctimas, en clara se?al de que ¨¦stas no hab¨ªan ca¨ªdo de balde. Ellos esperan que la huelga general convocada para hoy sea una clara advertencia al Gobierno de Bucarest, igual que hace un a?o, y por ello su ruego de ayer era: "Azi, in Timisoara; miine-n, toata tara" ("hoy, en Timisoara; ma?ana, en todo el pa¨ªs").
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