Los comunistas franceses inician su 27? congreso bajo el signo del inmovilismo
Hace unos d¨ªas, Georges Marchais, secretario general del Partido Comunista Franc¨¦s (PCF), proclamaba: "No somos el ¨²ltimo basti¨®n de un ej¨¦rcito en desbandada". A sus 70 a?os de edad, el ¨²nico gran partido comunista europeo que no ha sido afectado por la perestroika comienza hoy un congreso en el que todo parece estar atado y bien atado para un nuevo triunfo de la inmovilista l¨ªnea de Marchais.
En su 27? congreso, de cuatro d¨ªas de duraci¨®n, los otrora poderosos comunistas franceses ni tan siquiera analizar¨¢n las razones de su vertiginosa decadencia. Mera sombra de lo que fue, la influencia del PCF se sit¨²a, seg¨²n las ¨²ltimas encuestas, en torno al 7% del electorado, la mitad que hace apenas cinco a?os. Incluso el ultraderechista Frente Nacional de Jean-Marie Le Pen es hoy dos veces m¨¢s popular que el partido de Marchais.La direcci¨®n del PCF calcula en 600.000 la cifra de sus militantes, pero los minoritarios disidentes confirman que de ellos s¨®lo unos 200.000 siguen cotizando. En cuanto a las ventas del diario L'Humanit¨¦, bajan tambi¨¦n imparablemente: 95.452 ejemplares en 1989, 14.000 menos que el a?o anterior.
Al incombustible Georges Marchais todo eso parece darle igual. El secretario general del PCF desde hace dos d¨¦cadas, el hombre que fue gran amigo personal del dictador rumano Nicolae Ceausescu, afirma que el mundo sigue siendo el teatro del "enfrentamiento de las clases". Nada ha cambiado, excepci¨®n hecha de la "traici¨®n" de muchos camaradas de la URSS y los pa¨ªses de Europa oriental.
"Gorbachov", dicen en privado los amigos de Marchais, "es el caballo de Troya del capitalismo". Menos expl¨ªcita, la resoluci¨®n que ser¨¢ aprobada al t¨¦rmino del congreso del PCF afirma a prop¨®sito de los acontecimientos del Este: "Nosotros no pod¨ªamos adivinar que algunos dirigentes comunistas se convertir¨ªan a la socialdemocracia o a la derecha, para dirigir con las fuerzas capitalistas el proceso de liquidaci¨®n del socialismo".
Un plato de lentejas
Hasta el comienzo de la crisis del Golfo, el PCF evitaba criticar directamente a Mosc¨². Ese acontecimiento, sin embargo, ha confirmado a Marchais y los suyos que Gorbachov se "ha vendido a Estados Unidos por un plato de lentejas". Seg¨²n los comunistas franceses, Mosc¨² ten¨ªa la obligaci¨®n en el asunto del Golfo de "hacer o¨ªr la voz angustiada de todos los que en el mundo temen, un ba?o de sangre".El an¨¢lisis de los 10 a?os de presidencia del socialista Frangois Mitterrand es igualmente duro. La presidencia de Mitterrand "debe alegrar a la gran burgues¨ªa francesa", porque ha significado "la puesta en pr¨¢ctica del programa del capital".
En las reuniones preparatorias del congreso, un 75% de los militantes ha apoyado las tesis inmovilistas de Marchais, y un 25% se ha inclinado del lado de los llamados refundadores y reconstructores. Sin embargo, los disidentes apenas estar¨¢n representados en el congreso.
Por una iron¨ªa de la historia, los disidentes de hoy se apoyan en el gran hermano sovi¨¦tico. ?llos son los "prosovi¨¦ticos" que intentan dar una "nueva perspectiva" a los militantes traumatizados por el fracaso del modelo comunista. Al frente de los renovadores se encuentra Charles Fiterman, antiguo ministro de Transportes en los primeros gobiernos de uni¨®n de izquierda.
Fiterman, apoyado por un n¨²mero importante de diputados y alcaldes del PCF, pretende 'Turidar una identidad comunista moderna". En su opini¨®n, el PCF debe empezar por "democratizar su funcionamiento interno con la aceptaci¨®n de corrientes".
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