Un personaje central en la democratizaci¨®n de la URSS
La dimisi¨®n de Edvard Shevardnadze del puesto de ministro de Exteriores deja al Gobierno sovi¨¦tico sin uno de los personajes centrales de la pol¨ªtica de democratizaci¨®n. A este georgiano, a punto de cumplir los 63 a?os, est¨¢n asociados todos los ¨¦xitos de la pol¨ªtica exterior de Mija¨ªl Gorbachov, desde los tratados de desarme con EE UU hasta la salida de las tropas sovi¨¦ticas de Europa del Este.Shevardnadze lleg¨® a la pol¨ªtica internacional sin experiencia en este campo. Su carrera hab¨ªa comenzado en las Juventudes Comunistas de Georgia, donde fue primer secretario del partido comunista en 1975, tras haber ocupado la jefatura del Interior de aquella rep¨²blica entre 1965 y 1972. Shevardnadze, que era miembro suplente del Politbur¨® del Partido Comunista de la Uni¨®n Sovi¨¦tica (PCUS) desde 1978, adquiri¨® la categor¨ªa de miembro pleno en 1985.
Shevardnadze fue una elecci¨®n ins¨®lita para reemplazar al veterano Andr¨¦l Grorniko, que llevaba m¨¢s de un cuarto de siglo al frente del Ministerio de Exteriores. Con sus ademanes suaves y su perfecta compostura, renov¨® los cuadros conservadores de su ministerio e imprimi¨® un nuevo esi,Alo a la diplomacia sovi¨¦tica.
Viejos amigos
Shevardnadze y Gorbachov se conoc¨ªan desde hace mucho tiempo, y a su larga relaci¨®n aludi¨® ayer el presidente. El territorio de St¨¢vropol, donde Gorbachov fue jefe del partido entre 1970 y 1978, y la Rep¨²blica Federada de Georgia son dos vecinos del C¨¢ucaso. Durante seis anos , de 1972 a 1978, ambos l¨ªderes desempe?aban puestos hom¨®logos y ten¨ªan pol¨ªticas co.incidentes sobre las innovaciones econ¨®micas, que entonces eran s¨®lo experimentos. Entre Gorbachov y Shevardnadze hab¨ªan existido incluso algunas tensiones cuando este ¨²ltimo era ministro del Interior, ya que en St¨¢vropol se refugiaban georgianos perseguidos por Shevardnadze que ten¨ªan f¨¢bricas clandestinas en Georgia.
Como primer secretario del Partido Comunista de Georgia, Shevardnadze promovi¨® experimentos de autogesti¨®n y vinculaci¨®n de la empresa industrial y agr¨ªcola a su entorno territorial Aquello hac¨ªa que los bur¨®cra tas de Mosc¨² le miraran con malos ojos.
"Ni yo ni ninguno de los que est¨¢n hoy en el Politbur¨® sab¨ªamos en qu¨¦ situaci¨®n estaba el pa¨ªs", se?al¨® Shevardnadze durante el 280 Congreso del PCUS, el pasado mes de julio, cuando confes¨® haber escrito unos ver sitos a favor de Stalin a los siete a?os de edad. "B¨¢squenlos pueden ser el mejor argumento contra el ministro de Exterio res", dijo, defendi¨¦ndose de lo que le reprochaban haber elo giado demasiado a Br¨¦znev en su d¨ªa. "?ramos ingenuos. Cre¨ªamos en Stalin. Despu¨¦s cre¨ªmos en Jruschov. ( ... ) Me pueden acusar de haber nacido en 1928", afirm¨® el ministro, sintetizando el drama de la generaci¨®n a la que pertenece,
Ante un auditorio de escritores y representantes del mundo de la cultura, Gorbachov revel¨® en noviembre algunos detalles de su amistad con Shevardnadze. Dijo haber estado paseando con ¨¦l en la noche del 10 al 11 de marzo de 1985, la v¨ªspera de su elecci¨®n como secretario general del PCUS. Ambos se hab¨ªan encontrado en numerosas ocasiones en Pitsunda, una localidad de veraneo del mar Negro. Al parecer estuvieron juntos all¨ª en las ¨²ltimas vacaciones de Gorbachov, antes de ser elegido secretario general. "Todo est¨¢ podrido", le dijo entonces Shevardnadze. Ambos estaban de acuerdo en algo que era la divisa inicial b¨¢sica de la perestroika."No se puede vivir as¨ª", dijo Gorbachov.
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