Manuscritos en la UVI
La acidez es la gran enfermedad de los manuscritos mauritanos que han sido ingresados en el Instituto de Conservaci¨®n y Resturaci¨®n de Bienes Culturales (ICRBC) que junto al Instituto de Cooperaci¨®n con el Mundo ?rabe, participa en un programa para el salvamiento del patrimonio cultural mauritano. Este es el diagn¨®stico de los expertos que atienden como aut¨¦nticos m¨¦dicos de urgencias las maltrechas y delicadas reliquias en papel. "En otros tiempos, estos manuscritos se hubiesen dado por desahuciados y aptos s¨®lo para la basura; pero con los adelantos t¨¦cnicos logrados en este campo, las posibilidades de recuperaci¨®n se han ampliado de forma sorprendente", explica Vicente Vi?as, responsable del ICRBC.En la primera fase del tratamiento, los manuscritos son sometidos a un primer an¨¢lisis de los especialistas, que, en bat¨ªn blanco, deliberan sobre el diagn¨®stico de los males que afectan al paciente. "En el caso de los mauritanos, la gran suerte es que el clima seco del desierto no propicia problemas micro o macrobiol¨®gicos (insectos, hongos, gusanos, etc¨¦tera), como ocurre con los procedentes de ambientes h¨²medos, que autom¨¢ticamente deben ser sometidos a un proceso de desinfecci¨®n y esterilizaci¨®n", explica Vi?as.
Hojas sueltas
Una vez salvado este obst¨¢culo, los fr¨¢giles documentos son sometidos a un concienzudo an¨¢lisis del papel y de las tintas. "Ias leyes sagradas de la restauraci¨®n son las de devolver a los manuscritos su funcionalidad, devolvi¨¦ndoles su unidad sin alterar, evitando toda interferencia en la interpretaci¨®n; lo documental prima sobre lo est¨¦tico. Por ello el primer paso es comprobar que los elementos qu¨ªmicos que se van a utilizar no van a da?ar los originales", a?ade Vi?as al se?alar un manojo de hojas resquebrajadas y carcomidas a¨²n sin tratar, reci¨¦n sacadas de una carpeta de cuero, "Los libros mauritanos no eran encuadernados de la forma tradicional; las hojas sueltas se guardaban en estas carpetas sin soportes laterales, y las tapas, atadas entre s¨ª por un cordel", dice.
A sus espaldas, una joven especialista aplica pacientemente el bistur¨ª sobre la superficie de una de las hojas para efectuar el lavado mec¨¢nico -para raspar de la superficie insectos o restos de tierra- Seguidamente, las hojas son sumergidas en una cubeta en una soluci¨®n de alcohol. "Las grandes temperaturas del desierto salvan estas hojas de males, pero son la causa de su grave mal interno, pues este tipo de clima activa las reacciones qu¨ªmicas de oxidificaci¨®n y acidificaci¨®n, que conducen a la p¨¦rdida de flexibilidad de las hojas y la desintegraci¨®n de las fibras del papel. El hidr¨®xido b¨¢rico es el ant¨ªdoto requerido en estos casos".
La inyecci¨®n de esta sustancia generalmente se realiza por procesos acuosos. "En este caso, tropezamos con una nueva peculiaridad: las tintas, a diferencia de las utilizadas en Europa, carecen de los elementos f¨¦rricos que provocan perforaciones en el papel; sin embargo, las utilizadas en Mauritania tienen un adhesivo vegetal que, al contacto con el agua, corre el riesgo de reblandecerse y desprenderse".
Una vez atajado el mal, se recubren las partes de papel que falta con celulosa para que la hoja tenga unidad. "La segunda ley de la restauraci¨®n consiste en que debe quedar muy claro que estas partes a?adidas son elementos modernos", di ce. Tras haber comprobado que no hay rechazo del manuscrito al injerto, la hoja pasa por un proceso de laminaci¨®n, en el que es recubierta con un elemento termopl¨¢stico, transparente, Fino y consistente, que le devuelve la flexibilidad y la impermeabiliza, pero que, oportunamente, puede ser eliminado para que los investigadores puedan analizar los componentes de la hoja en su estado natural.
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