Checoslovaquia decidir¨¢ en marzo el nuevo marco legal de las cadenas p¨²blicas

Tres meses despu¨¦s de los cambios estructurales en el sector audiovisual checoslovaco, la televisi¨®n federal F-1, la checa CTV y la eslovaca S-1 contin¨²an enfrent¨¢ndose contra la sombra del estatalismo. El poder pol¨ªtico presiona a la televisi¨®n para que haga de portavoz y explique las reformas en curso. Las hipotecas econ¨®micas obstaculizan una gesti¨®n mucho m¨¢s rigurosa que antes y los profesionales presionan para que subsistan dos cadenas p¨²blicas."Ahora me encuentro inmerso en un universo mucho peor que el que abandon¨¦ en enero de 1969". M. Jiri Kanturek, nuevo director general de la televisi¨®n federal F-1, no se limita a reflejar sus propios sentimientos, sino el estado de la televisi¨®n en Checoslovaquia. Desde noviembre de 1989, muchos de los redactores jefes han cambiado, el 60% de los responsables administrativos han cedido sus puestos y las antiguas figuras se ven forzadas a abandonar la escena; en total, m¨¢s de un millar de personas de una plantilla de 8.600.

Petr Krul, director de informaci¨®n de la cadena checa desde diciembre de 1989, declara que no hay ministro o diputado que no reclame una entrevista con derecho a respuesta. En agosto de 1989, en el seno de una televisi¨®n mucho m¨¢s libre que la actual, fue el ¨²ltimo en saludar a los espectadores. Hoy es la primera v¨ªctima del desaliento frente a esos usos pol¨ªticos.

En marzo, el Parlamento federal dar¨¢ luz verde a la legislaci¨®n que defina el reparto de competencias en la radio y la televisi¨®n checoslovacas, mientras los Parlamentos de las dos rep¨²blicas deber¨¢n pronunciarse sobre la espinosa cuesti¨®n de si se mantienen dos canales p¨²blicos.

En Checoslovaquia existen 1.314 millones de hogares con televisi¨®n por sistema pal. En Bratislava, Brno, Pizen o Praga existen 200.000 antenas parab¨®licas, y las emisiones de las cadenas extranjeras alcanzan al 45% de todo el territorio nacional.