El 'esc¨¢ndalo de Macao' domina la campa?a presidencial portuguesa

A menos de una semana de las elecciones presidenciales portuguesas del pr¨®ximo 13 de enero, la campa?a electoral est¨¢ cada vez m¨¢s dominada por el esc¨¢ndalo de Macao. Basilio Horta, el rival derechista del actual jefe de Estado, Mario Soares, pudo afirmar con raz¨®n: "Ya nada volver¨¢ a ser como antes" en la pol¨ªtica lusa. El n¨²mero dos del partido democristiano CDS dijo el viernes en Braga: "Si se llega a probar que el presidente de la Rep¨²blica Portuguesa hizo, como tal, declaraciones falsas, la ¨²nica salida honrosa [para Soares] ser¨¢ la dimisi¨®n".

El portavoz oficial de la candidatura de Soares acusa a Horta de manipular para fines de propaganda informaciones "con eventual inter¨¦s para un caso que ya fue entregado a los tribunales". Soares calific¨® las anunciadas "revelaciones" de su adversario de "tiro con p¨®lvora seca", pero decidi¨® a ¨²ltimo momento no tomar parte en un debate con los otros tres candidatos, que deb¨ªa realizarse el domingo, en directo, ante los micr¨®fonos de la influyente emisora cat¨®lica Radio Renascen?a.El l¨ªder del Partido Socialista (PS), Jorge Sampaio, reconoce la necesidad de "clarificar totalmente" los hechos revelados por la prensa, pero subray¨® que es tarea de la polic¨ªa y de los tribunales, y "el resto, mera propaganda pol¨ªtica".

El candidato de la extrema izquierda, Carlos Marques, invit¨® al electorado a "no personalizar" y a preocuparse menos de los "esc¨¢ndalos" y m¨¢s del funcionamiento de unas instituciones que permiten la existencia de la corrupci¨®n y del tr¨¢fico de influencia. M¨¢s discreto a¨²n, el candidato comunista, Carlos Carvalhas, se niega a bajar al nivel de los ataques personales y limita sus cr¨ªticas al actual presidente a una pol¨¦mica acerca de los poderes y competencias del jefe del Estado.

Pol¨ªticos inquietos

Visiblemente, todos los estados mayores pol¨ªticos est¨¢n molestos e inquietos porque, de repente, la campa?a electoral amenaza transformarse en una guerra cuyo control se les escapa y tiene a los medios de comunicaci¨®n social como protagonistas.Era, sin embargo, previsible que los esc¨¢ndalos de los ¨²ltimos meses acabaran por desempe?ar un papel fundamental en las pr¨®ximas batallas pol¨ªticas: los periodistas portugueses han elegido como "acontecimiento nacional del a?o de 1990" los esc¨¢ndalos financieros que afectaron a miembros del Gobierno y ex colaboradores del presidente Soares.

Sus colegas italianos, franceses o espa?oles podr¨ªan haber hecho lo mismo, pero en Portugal el hecho tuvo el efecto de una bomba y aliment¨® una viva pol¨¦mica sobre la libertad de informaci¨®n. Para la mayor¨ªa de los pol¨ªticos, los periodistas est¨¢n perdiendo el "respeto por las instituciones".

Para Mario Soares, que hab¨ªa imaginado su campana como un paseo triunfal, la menor sospecha acerca de su pasado impoluto es un aut¨¦ntico crimen de lesa majestad, el actual presidente perdi¨® los estribos cuando algunos de los m¨¢s prestigiosos medios de comunicaci¨®n portugueses le recordaron que "en democracia no puede haber vacas sagradas".

Al ser entrevistado por el semanario Expresso, el peri¨®dico de mayor difusi¨®n e influencia en Portugal y cuyo propietario, Francisco Pinto Balsem¨¢o, apoya su candidatura, Soares se irrit¨® por las preguntas que le eran hechas sobre el caso Macao y acus¨® a uno de los tres entrevistadores, Joaquim Vieira, director del suplemento del Expresso, de utilizar m¨¦todos pidescos y de haber cantado bajo la tortura cuando fue interrogado por los esbirros de la PIDE, la polic¨ªa pol¨ªtica del r¨¦gimen de Salazar. Muchos dem¨®cratas portugueses se quedaron estupefactos e indignados, pero Soares acab¨® por pagar cara esta salida de tono: la respuesta de Joaquim Vieira, que el Expresso public¨® en su ¨²ltima edici¨®n de diciembre bajo el t¨ªtulo de Dos o tres cosas que s¨¦ de Macao, constituye una de las p¨¢ginas m¨¢s fuertes jam¨¢s publicadas en Portugal y es la causa indirecta de muchos de los actuales problemas de Soares.

Vieira explic¨® las razones por las cuales consideraba necesario que el jefe del Estado clarifique una serie de hechos acontecidos en Macao -territorio chino bajo administraci¨®n directa de la jefatura del Estado- desde 1986: el llamado caso Melancia, el gobernador nombrado y recientemente destituido por Soares e implicado en un proceso de supuesto tr¨¢fico de influencia para la atribuci¨®n a una empresa alemana de obras para la construcci¨®n del aeropuerto de Macao; y tambi¨¦n el ya semiolvidado esc¨¢ndalo TDM, de 1986, relacionado con una tentativa de venta fraudulenta de la televisi¨®n (estatal) de Macao al grupo Maxwell, con la intervenci¨®n de la misma empresa, la Emaudio, constituida por ¨ªntimos colaboradores de Soares.

En relaci¨®n al caso Melancia Vieira sustenta, citando sus fuentes, que Soares sab¨ªa mucho antes de que la noticia fuera publicada por la prensa portuguesa (en febrero de 1990) que la empresa alemana Wiedeplan, de Stuttgart, hab¨ªa exigido de Melancia la devoluci¨®n de 50 millones de escudos (unos 35 millones de pesetas) pagados a la Emaudio supuestamente para conseguir los favores del gobernador de Macao. Un hecho que Soares siempre neg¨®.

La bola de nieve est¨¢ rodando y ya no parece posible pararla. El esc¨¢ndalo no debe alterar los resultados del 13 de enero, pero sus consecuencias son incalculables.