Eco personal
Fiesta grande de lo jondo en el tablao. La Ca?eta de M¨¢laga es una aut¨¦ntica perla en esto. Buler¨ªas y tangos tuvieron en ella una art¨ªfice de excepci¨®n, con eco personal, con inspiraci¨®n, con ¨¢ngel y duende. Canta y baila, y ambas cosas las hace de maravilla, en una l¨ªnea de extrema flamenquer¨ªa. Canta con voz grave, con pellizco, buscando y encontrando la jondura que el cante de fiesta puede tener y debe tener; y baila rompi¨¦ndose, haciendo danza de cualquier fibra de su cuerpo, en una perfecta conjunci¨®n con la voz y el chorro de emoci¨®n que transita este arte cuando se hace por derecho. Como lo hace La Ca?eta, una artista singular en el panorama flamenco actual, de los que nos muestran que el cante y el baile festeros no son menores cuando se hacen como ella sabe hacerlos.La fiesta se complement¨® con tres jerezanos de fuste en el g¨¦nero: los Pantoja, que hicieron sus cosas breves pero enjundiosas, y el Mono, con ocurrencias muy personales y caracter¨ªsticas, aunque no tuviera una de sus noches m¨¢s inspiradas.
La fiesta flamenca
La Ca?eta de M¨¢laga, Jos¨¦ Salazar, Mono de Jerez, Enrique Ortega (Caracol hijo), Diego y Enrique Pantoja. Madrid, tablao Zambra, 11 de enero.
La parte seria corri¨® a cargo del hijo de Caracol y de Salazar. El primero hizo el Carcelero de su padre, con discreta correcci¨®n. Salazar cant¨® por tarantos de forma espl¨¦ndida. Es un g¨¦nero que ¨¦l domina, y lo hizo con grandeza admirable.
El espect¨¢culo lo completa el cuadro de la casa, digno y sobrio, y el grupo Albahaca, en tres pases, que, la verdad, son demasiados.
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