La guerra en las aulas
Los estudiantes espa?oles siguen con atenci¨®n el conflicto del Golfo
A mediod¨ªa de ayer, el sal¨®n de actos de la Facultad de Filolog¨ªa de la Universidad Complutense de Madrid estaba a rebosar. Estudiantes y profesores se reun¨ªan para perfilar posibles acciones por la paz en el golfo P¨¦rsico. En facultades, institutos y colegios de todo el pa¨ªs, los j¨®venes siguen con avidez las noticias que llegan a diario del conflicto, aunque eso les quite horas de sue?o. La guerra parece haber despertado las conciencias estudiantiles, para muchos aletargadas en una vida sin grandes preocupaciones.
"Nuestro desacuerdo con la guerra nos lleva a iniciar una estrategia radical de movilizaciones", dice con entusiasmo de activista Jos¨¦ Luis Groizard, estudiante de Econ¨®micas, de 21 a?os, que pertenece a la Federaci¨®n de Asociaciones de Estudiantes Progresistas (FAEP). Jos¨¦ Luis, como Julio Castro, que cursa el doctorado en Biolog¨ªa, cree que estamos ante una guerra interesada. "Es un conflicto regional, que tiene que resolverse en el seno de iniciativas diplom¨¢ticas. Las fuerzas multinacionales deben retirarse de la zona".Carmen Gonz¨¢lez Armengod, estudiante de Medicina, cree en cambio que las v¨ªas diplom¨¢ticas estaban agotadas: "No apoyo la pol¨ªtica de Estados Unidos, pero en este caso creo que se ha hecho todo lo posible".
Conciencia temprana
En el colegio Santa Mar¨ªa de lo Rosales, uno de los m¨¢s selecto de Madrid, un mapa de Oriente Pr¨®ximo cuelga en el pabell¨®n de octavo de EGB. Los ni?os lo miran con atenci¨®n. "Hasta ahora no me hab¨ªa quedado levantado hasta tan tarde para seguir las noticias", dice Manuel Gil, estudiante de tercero de BUP. De hecho, no se les despinta casi ning¨²n matiz de la cuesti¨®n. "Sadam es un iluminado, pero Estados Unidos ha sabido sacar ventajas estrat¨¦gicas, ejerciendo de nuevo un papel imperialista", explica Fernando Cabello-Astolfi, de 15 a?os. "Deber¨ªa haberse explotado m¨¢s la opci¨®n diplom¨¢tica", a?ade. "Algunos compa?eros est¨¢n emocionados con la guerra, con las armas que se emplean", cuenta con un gesto de incomprensi¨®n In¨¦s Toharia.
Ninguno ha participado en marchas por la paz. S¨ª lo han hecho en cambio varios alumnos del colegio San Pablo, Centro de Estudios Universitarios (CEU), en Santa Cruz de Tenerife, que, seg¨²n informa Carmelo Mart¨ªn, fueron expulsados ayer durante una semana por abandonar las clases para manifestarse a favor de la paz. Tambi¨¦n Marta y Hugo, estudiantes de COU del instituto Mariano Jos¨¦ de Larra, del popular barrio madrile?o de que Aluche, han participado en movilizaciones. "Eran las del barrio. Las m¨¢s grandes est¨¢n manipuladas", dicen con desconfianza.
"No s¨¦ c¨®mo han empezado una guerra tal y como est¨¢ el mundo, con las diferencias que hay entre pa¨ªses pobres y ncos", dice Marta. De nuevo surge el an¨¢lisis multifac¨¦tico: Sadam es culpable, pero de no haber petr¨®leo de por medio, "nadie se hubiera preocupado", apostilla Hugo. Todos coinciden en un punto: los soldados espa?oles deben volver una vez que la misi¨®n de paz ha terminado. Tambi¨¦n los m¨¢s peque?os se han visto implicados en el conflicto y, a instancias de profesores, han bombardeado los peri¨®dicos con esforzadas cartas y dibujos. ?lvaro, de seis a?os, con ligeras nociones de armas qu¨ªmicas, ruega a "Saran Guserin" que no tire "la bonba de saranplon". Patricia, de cinco, dedica, esta vez a "Sanjuan Jusein", un dibujo para que se calme. Son mensajes de ni?os concienciados, como Jonathan, que asegura, con su letra de garbanzo, que "hace mucho tiempo" decidi¨® ser pacifista.
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