?Oh, qu¨¦ bello!
El piloto norteamericano descubri¨® en la noche sobre el cielo de Bagdad un avi¨®n enemigo, le dispar¨® un misil y, ?oh, qu¨¦ bello!, el avi¨®n enemigo se convirti¨® en una bola de fuego. Luego relatar¨ªa emocionado su experiencia: fue un gran espect¨¢culo la bola de fuego..., se sinti¨® muy bien..., jam¨¢s hab¨ªa tenido una experiencia semejante... I?aki Gabilondo coment¨® en su programa Hoy por hoy, de la cadena SER: "S¨®lo falt¨® que en el ordenador de a bordo apareciera la palabra ?Premio!".Dentro de la bella bola de fuego iba un iraqu¨ª, que ser¨¢ enemigo pero tambi¨¦n persona, y al piloto norteamericano pareci¨® traerle sin cuidado. No ser¨ªa justo, sin embargo, acusarle por ello, pues para las gentes de a pie, que no pegamos tiros, ni nada, la guerra est¨¢ siendo asimismo un espect¨¢culo, en el que los muertos forman parte del gui¨®n.
La guerra espect¨¢culo pretende dar sentido a un estallido b¨¦lico que no tiene sentido alguno. Bueno, s¨ª, obedece a cuestiones econ¨®micas, que alteran el orden pol¨ªtico establecido, pero ¨¦sa no es raz¨®n suficiente para matar y morir. Uno no coge a un iraqu¨ª y lo muele a palos grit¨¢ndole: "Toma, toma y toma, t¨ªo asqueroso, por quitarle el petr¨®leo al emir de Kuwait". Para moler a palos a un iraqu¨ª o a otro ser humano son necesarias motivaciones m¨¢s trascendentes. Por ejemplo, los iraqu¨ªes lo hacen en nombre de Al¨¢, que ya manda narices. A esto lo llaman fanatismo, y tal es, sin duda, mas en el lado de ac¨¢ tambi¨¦n se ha estado matando y muriendo, durante siglos, en el nombre de Dios.
Como nadie de ac¨¢ acepta ya la guerra por esos s¨ªmbolos, ni por ninguno, un buen sustitutivo puede consistir en que los soldados sientan la emoci¨®n est¨¦tica de matar manejando artificios de alta tecnolog¨ªa, y los ciudadanos, la fascinaci¨®n de contemplarlo en directo por televisi¨®n. Y la verdad es que, por televisi¨®n, la guerra queda de pel¨ªcula. Una burrada, pero de pel¨ªcula.
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