El muro se alza en Pontevedra
Vecinos de la localidad de Poio levantan una tapia para aislarse de una colonia gitana

Los vecinos de un barrio del municipio de Polo, en el extrarradio de Pontevedra, han comenzado a levantar un muro para aislarse de una colonia gitana asentada en las inmediaciones. Los habitantes del barrio de A Caeira acusan a los gitanos de traficar con drogas, lo que provoca una masiva afluencia de toxic¨®manos a la zona. Seg¨²n los residentes en el poblado, la construcci¨®n del muro dejar¨¢ a una parte de ellos sin acceso para sus veh¨ªculos. "Aqu¨ª nunca ha habido problemas de racismo. Ellos mismos nos han obligado a ser racistas", afirma un portavoz de los vecinos de A Caeira, quien prefiere mantenerse en el anonimato, seg¨²n ¨¦l, por temor a represalias de los gitanos.
Los vecinos de este barrio han realizado una suscripci¨®n popular para recaudar fondos que les permitan construir un muro de 300 metros de largo. Las obras de la muralla ya se han iniciado y con ella los habitantes de la zona pretenden separar dos bloques de apartamentos y un grupo de chal¨¦s de un poblado gitano situado en la misma zona, donde residen unas 300 personas.Los primeros gitanos se asentaron en un monte de A Cacira hace cerca de 20 a?os Posteriormente, el lugar se convirti¨® en un barrio residencial de clase media-alta por su cercan¨ªa a la ciudad de Pontevedra, en el que viven en la actualidad alrededor de 200 familias.Fue hace cuatro o cinco a?os cuando comenzaron a afluir los gitanos en mayor n¨²mero. Hasta entonces no hab¨ªan surgido problemas de convivencia, pero el aumento de habitantes en las chabolas trajo consigo, seg¨²n los vecinos, una creciente actividad de tr¨¢fico de droga.
"Hay d¨ªas que vienen por aqu¨ª m¨¢s de 200 personas", explica el portavoz de los residentes. "Es un constante ir y venir. Se pinchan aqu¨ª mismo y dejan las agujas tiradas, con el peligro de contagio que eso supone para nuestros hijos", dice.
Seg¨²n los vecinos, la presencia de drogadictos y traficantes en la zona ha provocado la huida de numerosos residentes "El que puede se marcha. Yo mismo lo har¨¦ muy pronto", explica uno de ellos. "Nuestro pisos se est¨¢n vendido regala dos, a cuatro o cinco millones de pesetas, cuando podr¨ªan costar hasta 10".
Los vecinos afirman que han realizado gestiones ante el gobernador civil, Jorge Parada el alcalde de Polo y los propios representantes de la colonia gitana. Tambi¨¦n el diputado del PP por Pontevedra Mariano Rajoy pregunt¨® al Gobierno sobre el asunto en el Congreso. Durante alg¨²n tiempo, una dotaci¨®n de la Guardia Civil vigil¨® la zona, pero, seg¨²n los habitantes de A Caeira, eso no solucion¨® el problema "porque nunca llegaron a entrar en el poblado".
50.000 pesetas de cuota
Hace varios meses los vecinos decidieron construir un muro que les separara de las chabolas y que impedir¨¢ a los clientes de los supuestos camellos acceder al poblado gitano a trav¨¦s de la zona de apartamentos y chal¨¦s. Cada residente ha puesto 50.000 pesetas hasta completar el presupuesto de seis millones que exige la obra, y para la que han solicitado una ayuda de la Diputaci¨®n Provincial.En la ciudad de Pontevedra se alzaron algunas voces contra la actitud de los habitantes de A Caeira, a los que se acus¨® de construir un nuevo muro de la verg¨¹enza. Para el representante vecinal se trata de cr¨ªticas provenientes de personas que no conocen en realidad el problema del barrio: "La gente habla mucho, pero si padeciese esta situaci¨®n ya ver¨ªamos como reaccionar¨ªa. Citan a los derechos humanos pero, ?nuestros derechos humanos no existen tambi¨¦n?".
La construcci¨®n del muro ha creado un clima de tensi¨®n en el barrio, pero los primeros enfrentamientos no se produjeron hasta el pasado lunes. Un grupo de gitanos trat¨® de impedir que se cerrase el hueco por el que todav¨ªa acceden sus autom¨®viles y, tras una fuerte discusi¨®n, los vecinos payos requirieron la presencia,de la Guardia Civil.
En el poblado gitano los recientes acontecimientos parecen haberse traducido en una hostilidad hacia los visitantes, sobre todo si se trata de periodistas gr¨¢ficos. Sin embargo, tras un corto di¨¢logo dos mujeres comienzan a quejarse ante el informador: "Nosotros llevamos aqu¨ª 17 a?os. Ahora nos quieren aislar".
Los gitanos anuncian que seguir¨¢n oponi¨¦ndose al cierre del ¨²nico hueco del muro que permite el acceso de autom¨®viles a una de las zonas del poblado. "Ellos est¨¢n en su derecho de cerrar la zona en la que viven, pero no pueden dejamos sin salida. Nosotros necesitamos este camino porque no tenemos acceso a la carretera que utilizan los que viven en la parte de arriba del monte. Utilizamos nuestros coches para trabajar y si completan la muralla ni siquiera podremos ir al supermercado", gritan con vehemencia las dos mujeres.
Para los gitanos, sus vecinos payos son "buena gente" pero atribuyen su actitud a que "como tienen mucho dinero desean aislarse de los pobres". Los residentes en el poblado aseguran que no existe en el lugar tr¨¢fico de drogas. "Lo que no podemos hacer es impedir que la gente pase por aqu¨ª. Si viene cualquiera puede pasear, pero cada vez que aparece alguien extra?o los vecinos ya dicen que es un drogadicto".
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