El infierno a sus pies
Los aliados deber¨¢n enfrentarse a varios tipos de minas iraqu¨ªes
Aparte del pobre soldado, quiz¨¢ nada est¨¦ tan amenazado en el campo de batalla como el carro de combate. Aviones, artiller¨ªa, tubos m¨²ltiples de cohetes, misiles, los mismos carros enemigos y otras sorpresas, como las minas, est¨¢n dedicadas a su destrucci¨®n. Las minas est¨¢n especialmente dise?adas para reventar todo lo que ruede sobre ellas. En la II Guerra Mundial, causaron un 20% de las bajas de carros y hay quien eleva esa cifra a un 40% en batallas m¨¢s recientes.Faltos de modernos medios de: sembrado de minas, los iraqu¨ªes han realizado una labor intensiva para instalar, seg¨²n se calcula, una media de una tonelada por cada cien metros para ?prevenir el avance de las tropas multinacionales. Pero se duda de que dispongan de la cantidad necesaria para minar toda la frontera con Arabia Saud¨ª.
Peligro permanente
Sadam Husein ha comprado minas de distinto tipo a varios pa¨ªses, y las tropas multinacionales tendr¨¢n que v¨¦rselas con minas antipersonal y con ingenios anticarro, especialmente dise?ados para atacar cadenas y los bajos de los tanques, poco protegidos. Ingenios que van de los pocos gramos de peso a los varios kilos.
Por su naturaleza, algunas minas son met¨¢licas y f¨¢cilmente detectables, pero Irak tambi¨¦n posee minas pl¨¢sticas, imposibles de encontrar a menos que se conozca su posici¨®n exacta, lo que supone un permanente peligro incluso durante mucho tiempo despu¨¦s del final de las hostilidades. En Afganist¨¢n, ni?os y civiles siguen saltando por los aires de vez en cuando, como tambi¨¦n sucede en las Malvinas con las ovejas.
Ahora bien, las minas s¨®lo resultan extraordinariamente letales cuando las fuerzas que avanzan desconocen su emplazamiento y penetran en un campo de minas, de donde s¨®lo pueden salir con un notable esfuerzo o asumiendo grandes p¨¦rdidas. Si, por el contrario, la localizaci¨®n de los campos de minas es bien conocida, como es el caso actual, el factor sorpresa se pierde, aunque impone claras restricciones.
Medios antiminas existen y han dado buen resultado en combate, pero exigen la labor de ingenieros si hay que atravesar zonas densamente minadas. Ning¨²n sistema da resultado contra todos los tipos de minas. Avanzar con rodillos de materiales ligeros y absorbentes puede dejar intactas las minas de sobrepresi¨®n. Los campos magn¨¦ticos no alteran las pl¨¢sticas.
Un m¨¦todo ensayado en Afganist¨¢n es la detonaci¨®n indirecta mediante cables explosivos que se tienden sobre la zona a limpiar. Con ello se crean estrechos corredores para circular con cierta tranquilidad.
El problema no estriba en abrir brechas por las que avancen los carros, sino hacerlo bajo el fuego enemigo. Las minas no detienen, pero canalizan los movimientos, y eso convierte en m¨¢s vulnerables a las tropas expuestas al fuego iraqu¨ª.
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