Triunfo de Rostrop¨®vich

Desde hace unos a?os, los conciertos extraordinarios de las Juventudes Musicales Madrile?as se cuentan por acontecimientos. No menos calificativo merece la irrupci¨®n del genio Rostrop¨®vich en el escenario del Auditorio Nacional para, en compa?¨ªa de la Orquesta Filarm¨®nica lituano-sovi¨¦tico-alemana, dirigida por Saullus Sondeckis, interpretar los conciertos de Saint S¨¢ens y Primero en mi bemol de Shostak¨®vich. Sirven estas manifestaciones fuera de serie para allegar fondos que las Juventudes Musicales Madrile?as distribuyen cada a?o en una serie de importantes becas para estudios de J¨®venes int¨¦rpretes espa?oles en el extranjero.Habr¨¢ que explicar el extenso t¨ªtulo de la formaci¨®n orquestal: se trata de una entidad formada, a la luz de la nueva y problem¨¢tica situaci¨®n europea, por miembros de dos orquestas lituanas (la Nacional y la Sinfonietta) y de la Joven Orquesta Sovi¨¦ticoAlemana. Rostrop¨®vich ayuda a la Joven entidad, y compositores de distinto signo como Denisov, Chedrine y Paart escriben para ella nuevas partituras.

No se trata todav¨ªa de una orquesta estelar, pero s¨ª de una agrupaci¨®n capaz de versiones tan limpias como la de La gran Pascua rusa, de Rimsky, o tan a¨¦reas y transparentes como la de la Sinfon¨ªa cl¨¢sica, de Prokofiev. No menos estimable fue la colaboraci¨®n del maestro Sondeckis y su orquesta con el gran Rostrop¨®vich.

Nacidos a 86 a?os de distancia, tanto el concierto de Saint S¨¢ns como el del sovi¨¦tico fueron tachados de superficialidad y, en un sentido convencional, la acusaci¨®n estaba fundada, ya que ni uno ni otro se apuntan al costado pat¨¦tico de la expresi¨®n musical que suele ser identificado con la profundidad; m¨¢s bien se inclinan a un concepto l¨²dico y artesanal con claras y muy bellas escapadas a lo l¨ªrico.

La obra de Shostakovich, dedicada en 1959 a Rostrop¨®vich, practica a¨²n la est¨¦tica de] ballet La edad de oro, o de la ¨®pera La nariz, sobre Cogol, en la que lo ir¨®nico juega un papel que m¨¢s tarde ceder¨ªa su preponderancia al pesimismo y la amargura.

Despu¨¦s de interminables ovaciones, Rostrop¨®vich y sus colaboradores ofrecieron al p¨²blico del Auditorio Nacional una versi¨®n para violonchelo y orquesta del andante cantabile procedente del Cuarteto en re de Chaikovski.