"Para que mis ideas sean fruct¨ªferas deben estar en este proceso"
Pietro Ingrao, de 76 a?os, l¨ªder de la izquierda comunista italiana, intelecrual y popular al mismo tiempo, profundamente amado por la base, ha sido una pieza fundamental en el nacimiento del nuevo Partido Democr¨¢tico de la Izquierda (Partito Dernocraltico della Sinistra, PSD), con su decisi¨®n final de quedarse dentro de la mayor¨ªa en vez de romper con la nueva for maci¨®n pol¨ªtica, como tantos hab¨ªan presagiado. EL PA?S le ha entrevistado durante una pausa de los debates del congreso de R¨ªmini.
Pregunta. ?Por qu¨¦ ha decidido quedarse dentro del nuevo partido?
Respuesta. Porque pienso que hoy la pol¨ªtica de una gran fuerza de izquierdas debe moverse en una dimensi¨®n que no puede ser la de un peque?o partido. Hoy la izquierda, y no s¨®lo en Italia, es plural, hecha de partidos, grupos, movirnientos y participaciones pol¨ªticas muy varias. Y entonces pens¨¦ que mis ideas comunistas para que puedan ser activas y fruct¨ªferas deben estar dentro de ese gran proceso. Yo temo mucho a un partido que se escinde ya que podr¨ªa quedarse aislado del contexto italiano e internacional.
La experiencia del PCE
P. ?Le duele entonces que se haya ido Armando Cossutta?
R. S¨ª, lo siento porque me hubiese gustado que tambi¨¦n ¨¦l pudiese haber compartido nuestra experiencia. Yo espero a¨²n que reflexione y que tome otro camino, porque en realidad la experiencia de un partido elitista y puro en Italia nunca ha triunfado. Yo no quiero entrar en la historia del Partido Comunista de Espa¨ªla (PCE), pero creo que las escisiones que ha vivido han acabado debilitando su fuerza original, y como ve, tambi¨¦n all¨ª ha tenido que volver a reconstruirse un tejido unitario. Si le soy sincero, creo que tambi¨¦n la experiencia vivida en Espafia ha acabado persuadi¨¦ndome de que el mejor camino era quedarse dentro con la mayor¨ªa.
P. Para algunos ha resultado sorprendente la conversi¨®n del nuevo PDS al papa Karol Wojtyla, de quien el desaparecido Enrico Berlinguer afirm¨® que era el peor de los papas que les hab¨ªa podido tocar a los comunistas.
R. Bueno, hablar de conversi¨®n a Wojtyla es exagerado. ?ste es un pontificado con luces y sombras. Pero hay que reconocer, como lo ha hecho Oechetto, que la posici¨®n que ha tomado frente a esta guerra es muy valiente, y que la afirmaci¨®n de que se trata de una aventura sin retorno es de enorme envergadura.
P. Se critica a este congreso el haber estado excesivamente condicionado por el factor de la guerra del Golfo.
R. A m¨ª lo que me hubiese maravillado, al contrario, es que no lo hubiese estado, porque, como ha afirmado el secretario, esta guerra cambia radicalmente la situaci¨®n mundial. Peor hubiese sido que, olvid¨¢ndola, nos hubi¨¦semos concentrado sobre el pasado.
P. S¨ª, pero ustedes se hab¨ªan dividido por algo que no era entonces la guerra, y de lo que ya no se discute.
R. No, porque discutiendo sobre la guerra y afirmando que no es un instrumento para resolver los conflictos estamos tocando un punto central de la pol¨ªtica, de lo que deber¨¢ ser el nuevo partido. No se olvide que durante siglos la pol¨ªtica ha estado estrechamente vinculada a la idea de fuerza y de fuerza militar. No se conceb¨ªa pol¨ªtica, en efecto, sino vinculada a una decisi¨®n militar. De nuestro no a la guerra depender¨¢ nuestra nueva identidad.
P. Usted fue siempre partidario de una alternativa de izquierda para este pa¨ªs. Pero precisamente frente al problema de la guerra los socialistas se han colocado en la orilla opuesta.
R. La actitud tan grave de los socialistas italianos no me sorprende. Otros socialistas, como los alemanes, los franceses, y creo que hasta los mismos espa?oles, est¨¢n actuando de formas muy diversas. Yo estuve siempre de acuerdo en llegar a una alternativa de gobierno al poder democristiano, pero condicion¨¢ndola a una cuesti¨®n de programas y contenidos, y a la construcci¨®n de una plataforma pol¨ªtica com¨²n realizada conjuntamente con todas las fuerzas y movimientos que se inspiran en la izquierda a trav¨¦s de luchas concretas y pasando a trav¨¦s de un periodo de fuerte oposici¨®n.
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